lunes, 10 de marzo de 2008

El Gualeguay libros

La tarde calurosa de febrero invita más, a estar dentro de un lugar con aire acondicionado que a caminar por el barrio de Villa Urquiza. Pero esa cuadra de Pacheco entre Monroe y Blanco Encalada, poblada de árboles tiene un frescor reconfortante. En la misma cuadra conviven una galería de arte sobre una vereda y una librería sobre otra. Esto no llamaría la atención de nadie, si no fuera porque la librería se llama El Gualeguay libros, algo que indefectiblemente, es de interés para cualquier gualeyo.
Al traspasar la puerta, me encuentro con un retrato fotográfico de Juan Laurentino Ortiz; de perfil, sentado, fumando con su característica boquilla larga y mirando pensativo. Me pregunto qué estará mirando. A la izquierda, detrás del mostrador, otro retrato fotográfico de Juanele, pero éste, un poco más pequeño, donde el poeta está de frente, con un gato en sus brazos. La librería no es muy amplia, pero sí cómoda y acogedora, pintada de un color amarillo maíz y blanco. “En el subsuelo están los libros infantiles y los que son para mamás -me explica Mario Nosotti, su propietario-, la planta baja dedicada a los libros en general con un sector especialmente dedicado a la poesía, y en el primer piso un bar próximo a inaugurarse, donde la intención es hacer talleres de literatura, charlas y presentaciones de libros”.
Mario nació hace 41 años en San Fernando, provincia de Buenos Aires. Me cuenta como surgió la idea de El Gualeguay libros. “Empezamos con la librería hace 7 años, éramos parte de la Boutique del libro que son varias sucursales y hace muy poquito, en mayo del año pasado, decidí abrirme de la cadena de la Boutique del libro y hacer algo más propio, más independiente. Entre todas las cosas que había que hacer estaba la de pensar un nombre”. Nosotti me demuestra su admiración por Juan L. Ortiz y su obra. “Se me ocurrió ponerle El Gualeguay, básicamente por el libro, por el poema El Gualeguay, por Juan L. Ortiz, por la ciudad de Gualeguay, por todo eso. Pero básicamente por ese libro, que para mí es uno de los libros más difíciles de Juanele porque es como una especie de historia de Entre Ríos; es autobiográfico y también histórico. Empieza desde la época de la conquista hasta la actualidad, siguiendo el personaje, es como el río, que te va guiando por la historia de Entre Ríos”.
Mario Nosotti además de librero es poeta.“Estudié letras, siempre me gustó la literatura. Me gustó escribir poesías desde siempre, publiqué un libro que se llama“Parto mular”. También hice una revista que se llama “Música rara” donde publicaron poetas conocidos y poetas nuevos de Argentina. Publicamos ensayos, siempre básicamente poesía pero también todo lo aledaño a la poesía.
-Tener una librería es como tener una biblioteca enorme a tu disposición…
-Hay mucha distancia entre lo que uno ve de afuera, lo que uno se imagina y después, cuando lo hace realidad. El mercado editorial ha cambiado mucho, hay una parte que es muy dinámica, muy comercial, es un trabajo arduo. El que piense que por tener una librería va a poder leer más, está equivocado, porque acá no tenés tiempo nunca, si querés leer no tengas librería – aclara Mario entre risas- igualmente, para mí, la librería sigue teniendo algo como mágico. Todos los días cuando entro, siento que hay algo mágico acá dentro.
-Pero tenés que leer por lo menos para recomendar. Imagino que te pedirán consejos…
- Trato de hacerme siempre un tiempo para leer pero solo lo que me gusta, leo muy poco por obligación o para recomendar. Para eso me manejo con los suplementos literarios o contratapas de libros. Imaginate que actualmente salen alrededor de trescientas novedades por mes, es una locura.
-Se editan muchos libros y por otro lado las librerías se van achicando...
-A las librerías chicas les cuesta mantenerse y a las grandes también, es un tema complicado, pero está dentro de las reglas de mercado donde se mueve toda la economía. El libro es un producto más y las grandes editoriales son grupos económicos. Si bien ahora en Argentina, en los últimos años, después de la crisis, surgieron varios sellos independientes que están editando cosas muy buenas. Hay muchos libreros que, como una forma de resistencia a las grandes editoriales, les dan su espacio. Por ejemplo: Cuenco de plata, Beatriz Viterbo, Adriana Hidalgo, Hay unas cuantas editoriales chicas que ya tienen sus autores, incluso autores importantes como César Aira, Belatin, -que es un escritor mexicano ya consagrado-, que de pronto les dan libros de ellos para que puedan publicar. Más que nada por una afinidad medio afectiva-ideológica, que me parece que está bueno.
-¿Le das mucha importancia a la poesía en El Gualeguay libros?
Sí. Tenemos un sector dedicado a la poesía y tratamos de tener bastante poesía argentina, porque me gusta la poesía.
-¿Cómo llegás a conocer la obra de Juan L. Ortiz?
A partir de un dossier que le dedicó el Diario de Poesía hace unos 20 años, pero Juanele ya tenía sus seguidores, era un escritor medio de culto para un grupo muy selecto, en el que estaba Saer, Hugo Gola, y gente de Paraná. Yo leí mucho sobre él, desde entrevistas hasta gente que lo conoció. Lo que fascina de él, que no es fácil de encontrar, es una cosa tan cercana entre la actitud de vida, el entorno y su poesía. Porque está íntimamente ligado, está muy poco disociada la forma de vida, su sensibilidad, su experiencia, con el paisaje. La poesía de Juanele es algo bastante nuevo, es como una voz muy definida en la poesía argentina. Para mí, él rompió un montón de parámetros. Si bien es muy lírica en cierto punto, tiene un manejo de ciertos recursos rarísimos; los signos de pregunta, las comas, los espacios. Valoro muchísimo la obra de él como escritura, era como una especie de pintor, un pintor de palabras. Juanele, tiene mucho trabajo con la sintaxis, con la lengua, que lo hace -para mí- un poeta de vanguardia. Por la forma en que usa los giros, las preguntas, las palabras. En ese sentido, es un poeta muy adelantado, un poeta con una voz propia muy fuerte, es un escritor que escribió siempre igual, eso me impresiona. No es un escritor que se nota que haya vacilado en un comienzo. Da la impresión como que él nació escribiendo así y siguió siempre así, su obra es muy homogénea.
-¿Conocés Gualeguay?
-Sí, fui hace unos diez años. Recuerdo que cuando estuve allá en la casa de Juanele hablé con uno de los vecinos, que me decía: “el viejo Juan, sí... nosotros sabíamos que él escribía, sí... ahora cada tanto viene gente..” para la gente de allá era un vecino más. Lo que no conocí es Puerto Ruiz, me gustaría ir nuevamente, quiero hacer ese recorrido, hacer ese camino al puerto.
-¿Conocés otros poetas o escritores de Gualeguay?
-Antes de Juanele había leído a Carlos Mastronardi. Conozco también a Alfredo Veiravé y a Emma Barrandeguy. Ahora también hay un narrador que yo la verdad no conocía…
-Juan José Manauta...
-¡Manauta.. sí.!. Pero es difícil conseguir los libros de él.
Le cuento a Mario la relación de amistad entre Juan L. Ortiz y la familia de Juan José Manauta. “La verdad que me llama la atención que Gualeguay -una ciudad relativamente chica- tenga tanta gente ligada a la cultura; músicos, escritores, poetas, que confluya tanta gente talentosa, eso no pasa en otros lugares.”
-Lees solamente poesía...
Ahora empecé a leer otras cosas. Estoy leyendo a Virginia Woolf; “Miss Dalloway”, lees eso y te quedás asombrado, es poesía pura, con una sensibilidad especial.
-La poesía requiere tener una predisposición para leerla…
-Sí. La poesía trabaja con lo no narrativo, eso requiere más participación, más atención. La poesía es otro desafío. La gente que lee poesía es un grupo muy reducido, muy endogámico que se mueven entre ellos.
-¿Hay una evolución en la poesía actual?
-Hay otro tipo de poesía como más urbana, que tiene mucho que ver con lo que se está escribiendo ahora, poesía -entre comillas- joven, más ligado a la experiencia, la experiencia de lo cotidiano. Desde el lenguaje hasta las cosas triviales, medio naiff en cierto punto. Hay un cambio bastante fuerte en la poesía a partir del objetivismo, Joaquín Gianuzzi por ejemplo, que empezó con una poesía que tiene que ver más con lo que veo, con el momento, con las cosas. Hay todo un debate, a algunos les gusta otros la defenestran.
-¿Qué otros autores te gusta leer?
-De acá leo Saer, Copi, Clarice Lispector, que es una escritora brasileña, que tiene que ver más con lo existencial con un tono introspectivo. Soy un lector bastante salteado, de cosas que leo y me van gustando. De poesía argentina los ya consagrados como Joaquín Gianuzzi, Arturo Carrera, Reinaldo Jiménez, que es peruano, pero que hace muchos años vive en Argentina y hace una de las mejores revistas de poesía que se llama Tsé Tsé. De los clásicos; Oliverio Girondo, Roque Vallejos. La poesía norteamericana también me gusta mucho, como William Carlos Williams, Ezra Pound, (Thomas S.)Eliot, gracias a las traducciones que hizo (Alberto) Girri, se empezó a leer acá mucha poesía norteamericana que ha influido en los poetas actuales. Se hizo una mezcla rara entre la poesía española y la norteamericana que me parece que está muy bueno.
Termino la charla con Mario que me regala su libro “Parto Mular”, le agradezco el libro y la cálida charla y prometo volver otro día. Salgo a la calle, la tarde se va transformando lentamente en noche clara. Camino despacio por la vereda arbolada y pienso en Juan L. Ortiz, que este año, en septiembre se cumplen 30 años de su muerte. Pienso que diría Juanele de una librería que, en su honor, se llama El Gualeguay libros. Me imagino que se sentiría orgulloso de que en Buenos Aires, más precisamente en Villa Urquiza, exista un bastión de su obra, custodiado por otro poeta; Mario Nosotti.




Entrevista y fotos: Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

Publicado en Gualeguay al día el 9/03/08

1 comentario:

pablo gúngolo dijo...

me gustó mucho la nota, saludos.