lunes, 8 de marzo de 2010

Cuidemos el carnaval, aprendamos de los errores


El carnaval es el más importante acontecimiento social, cultural y turístico con que cuenta nuestra ciudad. Desde su transformación, con la aparición de las comparsas Macumba y Sí-Sí hace treinta años, el carnaval ha sido la "cara" que Gualeguay muestra a su gente y a quienes la visitan. Hablamos de un espectáculo muy tradicional en la ciudad, donde muchísima gente colabora desinteresadamente brindando lo mejor de sí.


El carnaval es un "bien" de la ciudad que debemos cuidar y apoyar; por lo que significa para los gualeyos y porque es una de las pocas fuentes de ingreso que genera el turismo en la ciudad. El carnaval ha pasado por diferentes etapas durante todos estos años, conforme también se sucedían -desde el punto de vista económico- épocas mejores o peores. El carnaval no ha estado ajeno a los avatares del país. Pero siempre se luchó por mantenerlo de la mejor forma posible.


El año pasado se vio frustrada la intención de la municipalidad de hacer que el espectáculo del carnaval creciera, merced a todos los problemas que se originaron con la productora L&B -encargada de la organización- que tantas polémicas y conflictos desataron entre el Ejecutivo Municipal, el Concejo Deliberante y los ciudadanos. Varios funcionarios municipales vieron cuestionada su labor y fueron muchas las voces que se alzaron pidiendo renuncias. Finalmente, para salvar los errores cometidos, el Ejecutivo Municipal decidió encargarse de la organización para que la fiesta no naufragara en el mar de la desidia. Entonces ¿se aprendió de los errores? Sí, se aprendió.


Este año la organización estuvo, desde el principio, en manos de la municipalidad. Se trabajó bien, con algunos detalles menores y con inconvenientes graves provocados por el tornado del 12 de enero, como el que vivió el Club Barrio Norte con la destrucción del tinglado y de la carroza que estaba en su interior. Pero a pesar de los inconvenientes y los detalles la ciudad ha podido mostrar su carnaval con el esplendor que merece este acontecimiento.


El secretario de Turismo, Cultura y Deportes Roberto Moret dijo hace unos días a un medio provincial que "el carnaval de Gualeguay es un espectáculo participativo y familiar" y agregó que "hay mucha seguridad para que la gente pueda estar tranquila, jugar con nieve y bailar con las pasistas. Es un carnaval participativo. No es un espectáculo para mirar sino para vivir".


El fin de semana pasado episodios de violencia opacaron el desarrollo de la fiesta. Un grupo de violentos se trenzaron a golpes provocando heridos y poniendo en una situación de riesgo a los integrantes de la comparsa que cerraba el desfile de la noche y a los propios espectadores que fueron testigos de una batalla sin sentido. Y quienes también fueron espectadores de lo que ocurría fue el personal llamado "de seguridad" contratado por la municipalidad, al ver que eran superados en número por los vándalos implicados en los hechos violentos. El personal contratado para la seguridad del espectáculo (hasta hace unos días ni siquiera tenía el contrato firmado con la municipalidad, según las propias declaraciones de Rodolfo Fernández quien está a cargo de estas personas) no está preparado para actuar en estos casos, ni tiene poder para detener a personas.


¿Y la policía? Según la explicación que se dio desde la Jefatura Departamental Gualeguay, la policía brinda unos pocos efectivos que están para custodiar la recaudación, ya que la municipalidad no contrató el servicio de seguridad de la policía. Esto quiere decir que la seguridad del espectáculo está en manos de personas sin la preparación adecuada y que brindan un servicio de control de los espectadores más que de seguridad. ¿Es esto un error? Sí, es un error.


En un espectáculo al que concurren miles de personas y donde hay ingesta de alcohol, no es descabellado pensar que pueden aparecer hechos de violencia y debe existir seguridad ejercida por una fuerza pública preparada, entrenada y con experiencia para estos menesteres. Se debe ser consciente que la policía uniformada sirve para la disuasión antes que la acción y esto es un punto que no se puede soslayar. No es lo mismo la presencia de un agente de policía uniformado que una persona vestida con una remera que dice seguridad.


¿De quién es la responsabilidad? Indudablemente de quién organiza el espectáculo, en ese caso la Municipalidad. El intendente Erro, en declaraciones radiales, subrayó que el tema de la seguridad había sido consensuado con los directores de las comparsas. Si esto es así, la responsabilidad también le cabe a los directivos de las comparsas.


En el transcurso de esta semana, Luis Erro conversó en Paraná con el gobernador Urribarri sobre el tema y pidió el apoyo necesario por parte de la policía provincial, ya que los hechos de violencia ocurridos la noche del 6 de febrero han tenido repercusión mediática en toda la provincia. Al parecer para las noches restantes y según lo anticipado por el intendente Erro el jueves en una conferencia de prensa, habrá apoyo policial adicional para que no vuelvan a ocurrir hechos como los vividos.


De los errores se aprende. Sería bueno que esto no vuelva a ocurrir. Sería bueno que se pudiera prever este tipo de cosas, pensar en ir delante de los acontecimientos, no siempre detrás. Es de esperar que estos problemas de seguridad se solucionen por el bien de una fiesta tradicional que nos representa, que es la "cara" de Gualeguay. Cuidemos el carnaval. De los errores se aprende, pero no desaprovechemos las oportunidades para que los errores cometidos no sean en vano.


Claudio Carraud

ccarraud@hotmail.com

Publicado el 14 y 15 de febrero en EL DIARIO de Gualeguay, El Día de Gualeguay

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