miércoles, 27 de febrero de 2008

La vida te da sorpresas


La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, cantaba hace muchos años Rubén Blades en Pedro Navaja. Y es así nomás. Y así le cambió la vida a Gaby Alvarez el relacionista público que protagonizó junto al chofer del auto en el que viajaba, el 23 de enero, un accidente en el que perdieron la vida dos turistas argentinos; Gloria Pérez del Cerro de 31 años y Fernando Agustín Cichiari de 32 en la ruta 10 cerca de José Ignacio en Punta del Este, Uruguay.
Los medios se hicieron eco de la noticia porque Gaby Alvarez es conocido en los medios por su labor como organizador de eventos frívolos donde concurre gente del espectáculo. Su imagen sonriente dejó de ocupar las secciones de espectáculos para aparecer tratando de ocultar su rostro en los noticieros de televisión.
La vida te da sorpresas y vaya si te las da. Hace menos de un mes Gaby Alvarez era uno de los personajes emblemáticos de la noche de Buenos Aires. Responsable de organizar eventos para diferentes empresas y marcas conocidas donde concurría el jet set porteño.
Gloria Pérez del Cerro, hija de una familia tradicional de Buenos Aires, era creativa publicitaria en una agencia de marketing y publicidad dedicada al mercado de vinos y champagne. Imagino que quizás, más de una vez, habrán coincidido en algún evento de alguna marca reconocida.
Gaby Alvarez envuelto en un halo de glamour y vestido con túnicas claras, solía posar sonriente para las fotos. Era su trabajo y seguramente lo hacía muy bien. Rodeado permanentemente de gente “famosa” con quién se sacaba fotos, disfrutaba de un trabajo poco común y bien remunerado.
-“Te voy a mostrar lo que es el poder”. Le dijo una vez a un periodista, con su celular en la mano listo para marcar el número de la persona que el periodista quisiera.
En otra oportunidad, declaró a un medio sobre porque las personas famosas concurrían a los eventos que organizaba diciendo:
-“Les doy más de lo que ellos piensan que me entregan. Los hago aparecer en los medios. Ellos pasan de moda; yo no”.
El destino quiso que esa tarde de verano, los protagonistas de esta triste historia coincidieran en la ruta 10 en Punta del Este.
Y el destino – si es que hay uno- hizo que la vida cambiara en un momento, fruto de un segundo de inconciencia, de estupidez que, por supuesto, no fue casual sino más bien la consecuencia de una vida vertiginosa, despreocupada y glamorosa.
El mundo de Gaby Alvarez ya no son las fiestas, el champagne, la música; sino una celda en el penal uruguayo de Las Rosas.
Hoy, quién fuera llamado “el rey de la noche” esta solo y espera. Ya no hay celebridades, no hay champagne ni música. Quienes eran sus amigos, hoy no lo son, quienes se sacaban fotos con él, ya no están. Así de rápido cambia la vida.
Una locura cometida bajo la influencia quizás del alcohol y las drogas, hizo que la vida cambie en tan solo un instante.
La vida de Gaby Alvarez cambió, pero la vida de Gloria y Fernando no. Sus vidas terminaron ahí, en ese mismo segundo. Sus vidas terminaron en tragedia. Sus proyectos, sus alegrías, sus esperanzas, terminaron y dos familias quedaron partidas tras una triste realidad. El dolor inconmensurable rodea hoy a dos familias y no hay consuelo posible ante la pérdida. Lamentablemente la estupidez humana no tiene límites – escuché una vez- y es verdad.
La vida te da sorpresas... y vaya que te las da.



Claudio Carraud


Publicada en Gualeguay al día el 10/2/08

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