sábado, 27 de diciembre de 2008

Tiempo de reflexión, festejos y agradecimientos


Cuando llega este tiempo de las Fiestas, en general, quién más quién menos comienza a recapitular lo ocurrido durante el año. Uno hace un balance de lo vivido, de lo pasado; los momentos buenos y no tan buenos; los logros y los objetivos alcanzados.
Convengamos que es un poco rara esta época, porque por un lado es de festejos y por el otro de reflexión. Por lo menos ese es mi caso.
Recuerdo las épocas de adolescencia cuando a uno no le interesaban demasiado las reflexiones -como es lógico- y lo único que se esperaba era que pasara rápido el brindis con la familia para después salir a festejar con los amigos. Y con ellos, que por fortuna eran muchos, uno se encontraba generalmente en una casa que era el punto de reunión, donde se seguía brindando para después salir a recorrer las calles céntricas de la ciudad llenas de gente festejando. Y terminábamos bailando en la vieja Delgas o La Fábrica, como se llamó después. Siempre recuerdo de Delgas ese techo corredizo que tenía, que dejaba ver las noches estrelladas en el verano gualeyo. Eran lindas épocas, donde –creo- éramos un poco más ingenuos de lo que hoy son los adolescentes. Eran, en definitiva, otras épocas.
Pero volvamos a lo que decía en un principio. A esta altura del año uno hace un balance. Y yo hago el mío, vale decir, empiezo a recordar todo lo escrito durante este año. Desde la primera publicada el 10 de febrero hasta ésta de hoy han pasado cuarenta y ocho notas. Varias de ellas de opinión, otras de interés general, varios reportajes y algún que otro relato que no escribí este año, sino hace algunos años atrás y que estaban guardados entre los archivos de mi computadora esperando la oportunidad de ser publicados.
Seguramente algunas notas gustaron o se destacaron más que otras, eso es inevitable. Pero debo ser sincero en esto: soy un poco egoísta. Es decir, todo lo que escribí fue porque algo me motivó a escribirlo y fue pensado y escrito sin tener en cuenta si le gustaría o no a quién lo leyera. Si uno pensara todo el tiempo en el lector correría el riesgo de transformarse en un demagogo de la palabra, algo que –por lo menos en mi caso- no me interesa.
Uno escribe -como decía Félix Laiño, maestro de periodistas- por el solo hecho del alumbramiento de ideas. Uno siente un alivio al poder expresarse y de eso se trata: de poder expresarse y comunicarse. Pero no todo es egoísmo porque en definitiva lo que hacemos los periodistas además de informar es brindar contenido. Y eso precisamente es lo que he tratado de hacer durante este año: brindar contenido al lector y espero haber logrado ese objetivo que me propuse cuando comencé a escribir en Gualeguay al día.
Escribir en este medio me ha permitido conectarme nuevamente con mi ciudad de la cuál, como ha dicho el gran escritor gualeyo Juan José Manauta: “nunca me fui”.
En una nota publicada este año titulada “Gualeguay a la distancia”, dije que escribía a la distancia y es así en realidad. Pero los poco más de doscientos kilómetros que me separan de mi ciudad no me impiden tener el mismo sentimiento que cualquier gualeyo y querer lo mejor para mi pueblo.
Desde este lugar he tratado de aportar mi granito de arena poniendo lo mejor de mi esfuerzo en lo que he escrito, desde la primera letra hasta el último punto. Se me podrá criticar desde mi poca o mucha calidad periodística o literaria hasta algunas opiniones vertidas en alguna nota; pero no se me podrá criticar falta de compromiso o dedicación en lo que hago. Eso, en definitiva, me deja tranquilo.
Este tiempo de reflexión también me hace pensar en personas a las que debo agradecer la colaboración que me han brindado este año. Debo comenzar por Horacio Palma porque fue un poco el artífice para que yo colabore con el semanario; debo seguir por Jorge Barroetaveña por brindarme la libertad absoluta para escribir y expresarme, sin modificar nada de lo que he escrito y eso debe ser valorado en su justa medida; y finalmente a toda la gente que forma parte de Gualeguay al día y de Radio Gualeguay.
Debo por último referirme a usted, “estimado lector” o “amigo lector” o simplemente “lector” que es en definitiva quién juzga nuestra labor, quién nos elige o nos rechaza. A usted que dedica cinco minutos en leer lo que escribo debo agradecerle porque es –creo yo- el amigo lector. Y esto es verdad, el lector termina siendo un amigo, un amigo a la distancia. Y precisamente sobre esto viene a mi memoria un breve relato sobre los indios Chiriguanos, de Eduardo Galeano.
“Los indios Chiriguanos, eran guaraníes establecidos en Bolivia. A principio del siglo XVIII habían llegado allí curas franciscanos que traían en las alforjas libros. Los indios Chiriguanos nunca habían visto libros, jamás. No sabían lo que era el papel porque nunca lo habían visto. Y no tenían palabra para llamarlo, porque uno sólo tiene palabras para llamar lo que existe o para llamar lo que necesita. Y ellos no sabían que el papel existía, ni sabían que podían necesitarlo. Y cuando preguntaron a los curas que era eso, los curas les dijeron que esa era una cosa que servía para enviar mensajes a los amigos que están lejos. Y cuando los indios supieron que el papel era una cosa que servía para enviar mensajes a los amigos que están lejos, resolvieron llamarlo Piel de Dios. Y ése, es el nombre que el papel tiene en lengua chiriguana: Piel de Dios. Y cuando yo lo supe –concluye Galeano- descubrí que en el fondo lo que uno hace escribiendo es eso: mandar mensajes a los amigos que están lejos, a los amigos que uno conoce y a los miles y miles de amigos que uno no conoce, pero que se hacen amigos a través de esa suerte de abrazo que es la ceremonia de la lectura”.
Por eso, desde aquí y para los amigos que conozco y los no conozco pero que se han hecho amigos a través de esa suerte de abrazo que es la ceremonia de la lectura, mis más sinceros deseos de que tengan un ¡Feliz Año Nuevo!
Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

sábado, 20 de diciembre de 2008

Yo...fui testigo

Testigo. El diccionario define esta palabra como: persona que atestigua una cosa. Persona que asiste a otra en ciertos actos. Esta última definición se adecua a lo que yo fui... yo fui testigo. Esta es la historia.

Una mañana de diciembre recibo un llamado en mi celular; era el vasco.
- ¿Cómo andás, todo bien?
- Bien, ¿y vos?
Después de todos los saludos de rigor que uno se brinda con los amigos me dice:
- Mirá, te llamo porque necesito que me hagas un favor.
Debo confesar que en ese momento y en unos pocos segundos, traté de imaginarme qué tipo de favores le podía hacer al vasco estando a un poco más de doscientos kilómetros de distancia.
- ¿Qué necesitás? - le respondí, ya ansioso por saber.
- Resulta que me caso y quería saber si vos podés ser mi testigo de casamiento... si no tenés problemas.
Totalmente sorprendido por la noticia, ya que con el vasco tenemos más de cuarenta años y es medio raro escuchar a una persona de nuestra edad que se case, y más en estos tiempos, le respondí...
- ¿Te casás?... ¿con quién? Dos preguntas en una y todo por el mismo precio.
- Con Fabiana – le escuché decir.

A esta altura del relato tengo la obligación de explicar algunas cosas para que usted, amigo lector, entienda mejor.
Con el vasquito nos conocemos desde que tenemos nueve años. Vivíamos cerca aunque no íbamos a la misma escuela. Pero cuando empezamos la secundaria en la vieja escuela de Comercio, el destino hizo que fuésemos compañeros y el vasco fue uno de mis primeros amigos por esos años.
Tenemos, como la mayoría de los amigos, muchas historias compartidas. Muchas salidas de sábado a la noche, algunas que otras borracheras adolescentes, incontables partidos de fútbol, de truco y horas y horas de mate con charlas interminables.
El vasquito es de esos tipos que hace lo que comúnmente se dice: un culto de la amistad. Recuerdo que tenía la costumbre de sentenciar: "no disuelvas reuniones" a quien osaba abandonar una reunión de amigos por más que fuera a altas horas de la madrugada.
Cuando terminamos la secundaria, a él le tocó hacer el servicio militar y yo me quedé para seguir estudiando un profesorado y trabajando en la radio.
Al año siguiente, cuando ya había cumplido con las obligaciones militares de entonces, el vasquito se fue a estudiar veterinaria a Corrientes, y un tiempo después yo me fui a Buenos Aires con la expectativa de estudiar periodismo.
Seguimos siendo amigos y viéndonos cuando yo viajaba a Gualeguay a visitar a mi familia. Así transcurrió el tiempo hasta que algo sucedió. Por algunos problemas que surgieron entre nosotros, cosas que tienen que ver con pavadas que uno hace en la vida, nos distanciamos. El orgullo que uno tiene cuando es joven, impidió que nos volviéramos a juntar y todo quedó ahí. Cada uno siguió su camino, viviendo la vida de la mejor manera posible.
Así transcurrió el tiempo hasta que hace casi dos años, con la excusa de una reunión de ex compañeros de secundaria, nos reencontramos en su casa.
Lo bueno fue que -a pesar de los años, que eran muchos- parecía que el tiempo no había pasado. Los sentimientos estaban casi intactos.
Cuando uno comienza a transitar la segunda mitad de la vida o lo que nos resta de ella, es positivo comenzar a cerrar las puertas que han quedado abiertas, las deudas pendientes; es bueno comenzar a pacificar y pacificarse, es –creo- una forma de entender la adultez. Los bríos de la juventud deben dar paso a la reflexión y a la valoración real de las cosas. En definitiva, de eso se trata vivir.
Esa noche de febrero, como tantas otras noches, nos quedamos hablando de nuestras cosas, de lo que nos había pasado esos años, hasta que el amanecer de un día de verano dio por terminada la charla.
Esa misma noche me contó de Fabiana con quién se había reencontrado hacía apenas unos días, después de no verla durante años. Fabiana, había sido su novia de la adolescencia durante mucho tiempo, pero por cuestiones de la vida se distanciaron. Ella se fue a Buenos Aires a estudiar, se recibió y se quedó a vivir en la capital.
Años después, un día en Gualeguay se reencontraron. Ese día, según me contó esa noche de febrero el vasquito, él le dijo:
- Yo me voy a casar con vos.

Esa mañana de diciembre, el vasco me explicó por teléfono:
- Mirá... este año me pasaron dos cosas muy buenas: me reencontré con vos y con Fabiana, así que me pareció que si podés y querés, tenés que ser el testigo de mi casamiento.
Y así fue. Hace un año, el jueves 20 de diciembre al mediodía, en el registro civil de la calle Uruguay, el vasco, nervioso ante uno de los acontecimientos más importantes en su vida, dio el sí frente al Juez. Se casó.
Y yo... fui testigo.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

domingo, 14 de diciembre de 2008

Romero & Julieta en pleno Palermo Hollywood

Un emprendimiento de dos gualeyos: Jorge Britos y Fabricio Fumaneri

En el barrio de Palermo vivió Jorge Luis Borges. Un barrio de casas antiguas, de balcones con flores que perfumaban el aire. De calles angostas, de arrabales y de guapos que dirimían sus disputas a punta de cuchillo. Ese era el Palermo que describió Borges y donde hay una calle con su nombre.
Pero el Palermo de Borges ha ido cambiando en los últimos años y ha adoptado con el transcurso del tiempo diferentes nombres: Palermo Viejo, Las Cañitas, Palermo Hollywood, Palermo Soho, etc.
Caminar por Palermo Hollywood es descubrir lugares nuevos casi todos los días. Su nombre surge porque en esa parte del barrio se instalaron, desde hace tiempo, canales y productoras de televisión.
Las casas antiguas, los talleres mecánicos y los galpones de otrora han ido transformándose, poco a poco, en restaurantes, parrilas, trattorias y pubs, creando así un importante circuito gastronómico, visitado por turistas argentinos y extranjeros y por los porteños que disfrutan de la noche eterna de la ciudad, esa noche que nunca termina y que tanto fascina a propios y ajenos de Buenos Aires.
En este circuito gastronómico se destaca un lugar particular: en Gorriti 5675 está Romero & Julieta, Resto Bar. Si bien es una opción más dentro de Palermo Hollywood, Romero & Julieta no debe pasar desapercibido para un gualeyo. ¿Por qué? Porque sus propietarios son de Gualeguay. Jorge “Pipi” Britos y Fabricio Fumaneri comenzaron con este proyecto a mediados de este año. “Empezamos a trabajar en el local en agosto pero recién abrimos hace poco, el 15 de octubre”, cuenta Pipi Britos.
El local es amplio, con un estilo sobrio y agradable. Una decoración austera y de buen gusto logra crear un clima adecuado para poder disfrutar de una oferta gastronómica tentadora.
En las paredes claras cuelgan diferentes oleos de Mariana Martín, una joven artista plástica amiga de los dueños del restó. Además de las mesas oscuras con sillas al tono, uno puede optar por comer en cómodos sillones de cuero color manteca que contrastan con las mesas ratonas de madera color wengue, y velas que crean un ambiente más intimista.
“La gente primero mira el lugar, la onda que tiene, y como les gusta miran la carta. Lo bueno es que no se decepcionan con la comida, todo lo contrario, se van contentos”, dice Britos.
El chef Fabricio Fumaneri sostiene que “la gente, hoy día, mira mucho el tema de los precios. Nosotros la idea que teníamos era hacer buenos platos con una comida casera, rica y con precios adecuados”.
Romero & Julieta tiene un menú ejecutivo al mediodía donde se puede comer pescado fresco, carnes, pastas y ensaladas o tartas. Por la noche el menú cambia y es más variado. “La gente al mediodía sale a comer porque tiene que comer, sostiene Fabricio, quiere comer bien, rico y rápido. A la noche sale a disfrutar también el lugar, el ambiente, hay más tiempo, la gente viene más relajada, viene a tomar un buen vino, a charlar”.
Fabricio Fumaneri se recibió de Chef hace ocho años en la Escuela Superior de Hotelería. Trabajó en diferentes lugares: en temporada de invierno en el Cerro Catedral, en Bariloche y la temporada de verano en Uruguay. Luego se desempeñó como jefe de cocina durante más de tres años en un restaurante hasta que finalmente emprendió su propio proyecto – junto a Pipi Britos- con Romero & Julieta.
Con respecto al estilo de la carta Fabricio expresa: “Yo quería que fuera mediterránea, por los productos y porque es la que más me gusta; fusionado con cocina de autor, es decir, que yo pudiera cambiar, que no fuera estructurada, que pueda sacar un salmón con una omelette de hongos, por ejemplo. La carta la tengo pensada desde siempre, desde que pensé que un día iba a poner un restaurante. Quería tener un plato de pastas rellenas, que en este caso son de cordero. La idea es tener carne de todos los tipos, tenemos carne de cerdo o de pescado, carne de vaca, cordero, otro de pastas rellenas, uno más light con ensaladas, es decir, tenemos todas las variantes”.
Cabe destacar que el restaurante cuenta además, con una apropiada carta de vinos para acompañar, de la mejor forma, el plato que uno elija.
Una de las especialidades de Romero & Julieta es la bondiola braseada en cerveza negra. “Nuestra bondiola, se entusiasma Fabricio al explicar, está braseada –braseada es una cocción muy lenta, de cinco o seis horas rotándola- en un medio líquido, ese medio líquido es una cerveza negra, queda muy rica y súper tierna, especial para acompañarla también con una cerveza”.
Jorge Pipi Britos y Fabricio Fumaneri esperan que Romero & Julieta se transforme en un lugar de encuentro para la gente de Gualeguay que vive o que viaja a Buenos Aires. Y seguro que así será, no solo por lo bien que se puede comer sino, además, por la buena onda que se respira en el lugar.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

martes, 9 de diciembre de 2008

Recetas de cocina con historias que emocionan

Entrevista a la escritora Cristina Bajo


Elogio de la cocina, el último libro de la escritora Cristina Bajo, editado por Sudamericana, es un libro de esos que se ven en contadas ocasiones. Con una calidad de impresión notable y hermosas ilustraciones que refieren a otros tiempos, lleva en sus entrañas recetas de cocina e historias que emocionan porque remiten a ese lugar común que es la infancia.

“Elogio de la cocina es un homenaje a mi madre y a mi infancia en las sierras. Me considero una persona feliz, pero en cuanto a mi niñez, excepcionalmente feliz, hasta me atrevería a decir dichosa. Quizás eso se transparente en el libro, pues personas muy jóvenes se han emocionado al leerlo”.

“La idea –sostiene la autora- nació como un lindo libro de recetas y anécdotas. Con el tiempo, pensamos con Paula Viale, de Sudamericana, que podía muy bien ser un libro objeto, especial para regalo. Terminó siendo esta belleza”.

- ¿Quién eligió las imágenes que ilustran el libro y de dónde sacó las recetas?
- La búsqueda de imágenes la inicié hace tiempo, armé una galería de arte en mi computadora que acreciento constantemente. Para este libro, una joven amiga, Magui, me ayudó en la búsqueda y selección de éstas para los diferentes capítulos. Por supuesto, intervino el departamento de diseño de la editorial, a quien debemos la exquisitez del proyecto gráfico. Queríamos que imágenes, papel, formato y viñetas, transmitieran sensaciones agradables, como de tiempos más ingenuos.
La mayoría de las recetas son mías o variaciones sobre las de mamá y de mi abuela; también las hay de algunas escritoras, como Lilia Lardone, cuya receta probó “a orillas del Paraná.” Otras son robadas de textos viejísimos, como las Aves a la Montiño, del siglo XVII, o las Truchas a la Chambord, de un libro del siglo XIX que mi abuela trajo de España.

- Es un libro hermoso por el texto y por lo estético, lo visual...
- Pero tiene algo más: literatura, cine, poesías. Hay postres dedicados a personajes legendarios del cine –con fotos de las actrices -: Lady Scarlett (por Vivian Leigh en Lo que el viento se llevó), la Copa Gilda (por Rita Hayworth) y la tarta Sabrina (por Audrey Hepburn). En algún capítulo digo: “A veces, cuando uno saborea una comida, huele una especie, o prepara un plato, va más allá del oficio de cocinar y sin darnos cuenta, estamos saboreando literatura.”

- Su libro habla de la cocina como el centro de reunión de la casa...
- El título indica, además que el acto de cocinar; el lugar en que se come. Papá decía que era la habitación más importante de la casa, el corazón del hogar. Por eso, las construía grandes, con comedor de diario donde se recibía, como un privilegio, a los amigos íntimos.

- Por lo que leí en su libro, usted hace “un culto" de la amistad. ¿Qué significado tienen sus amigos en su vida?
- Tengo amigos de la infancia a los que veo con frecuencia. Muchos de los Cenadores -los que vienen a cenar- que nombro en el libro, pertenecen a esa época. Tanto ellos como los nuevos amigos son muy, muy importantes para mí. Y me encanta reunirlos alrededor de mi mesa y cocinar para ellos.

Cristina Bajo nació en Córdoba en 1937 y se crió en las Sierras. “Cuando llegamos a Cabana, en las sierras de Córboba, a principios de los años cuarenta, fuimos a parar a un caserón levantado sobre una loma, de la época en que arribó el ferrocarril a Unquillo, pintado de ocre desvaído y con algunos detalles de verde. La cocina era una habitación amplia, alta, cuyo techo de vigas a la vista nunca pudimos ver con claridad pues cubría una capa de hollín de treinta años. Tenía un fogón muy viejo, estucado, y una cocina a leña enorme, de hierro negro y detalles de bronce, donde se podía cocinar, por sus dimensiones y los dos hornos, para veinte personas a la vez”, escribió en el principio de su libro.

“Mi infancia fue sumamente feliz y libre – sostiene la escritora- en compañía de cinco hermanos más, en contacto con la naturaleza y animales como zorros, pumas y corzuelas”.

Comenzó a escribir desde muy chica, pero su primer libro lo publicó en 1995. “Yo empecé a los 9 años y enseguida supe que era eso lo que quería hacer cuando fuera grande. El lapso fue largo, pero no me pesó, publiqué a los 57 años”.

En 1995, su amigo Javier Montoya dueño de la editorial Ediciones del Boulevard, decidió publicar su novela Como vivido cien veces. A ésta le siguieron En tiempos de Laura Osorio y Sierva de Dios, ama de la muerte. Escribió además Tú que te escondes (2004) y La trama del pasado (2006). Actualmente escribe una columna todos los domingos en la revista Rumbos. En 2005, recibió el Premio Literario Academia Argentina de Letras por Tú que te escondes y el Premio Especial Ricardo Rojas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por Sierva de Dios, ama de la muerte, que la editorial Sudamericana relanzó con el nombre de El jardín de los venenos que ya fue traducida a tres idiomas.

A lo largo de su vida, fue maestra rural, abrió una librería, y diseñó ropa artesanal. “Me recibí de Maestra Normal y Profesora de Piano, lo usual entonces. Tengo una amplia cultura, mérito de mis padres que se preocuparon de estimularnos para que leyéramos de todo, poniendo a nuestro alcance libros de arte, de historia, animándonos a pintar, a escribir, a disfrutar la música clásica. Ejercí muchos oficios, algunos alocados, como una boutique de ropa artesanal “prerrafaelista”, copiada de los cuadros de Rossetti, Waterhouse, Leighton, etc.”

Cristina es madre de dos hijos varones y abuela de seis nietos “para quienes suelo cocinar, pero resulta que pertenecen a la generación de la hamburguesa”.

- ¿Cómo es esa anécdota de que escribió durante treinta años sin que nadie supiera qué escribía y que decidió publicar debido a una enfermedad que tuvo?
- Demoré treinta años en terminar Como vivido cien veces, pues me entretenía cambiarla, crear nuevos personajes, incorporar la historia apenas conocida. Casi nadie se interesaba en lo que yo hacía, así que, cuando estuve internada, comprendí que podía morir y mis hijos no iban a saber qué hacía yo sentada ante mi máquina de escribir.

Para esta escritora cordobesa, escribir es una necesidad. “Yo necesito escribir. Cuando nacieron mis hijos dejé de escribir durante lo que me pareció mucho tiempo. Pero como fechaba cuanto hacía, descubrí después que en realidad fueron unos meses, nada más.”

- ¿Se es escritor al publicar?
- Si escribimos con dedicación, diariamente, a través de los años, se es escritor. El editar hace que los demás nos reconozcan.

- ¿Qué influencias reconoce en lo que escribe?
- A los que he tomado como maestros, a los que, además de disfrutar, estudio: cómo resuelven escenas, el tratamiento que dan a los personajes, los diálogos, son Dickens, Mujica Láinez, Jane Austen, Graham Greene, Sarmiento, Balzac, entre otros…

- Ha leído mucha historia…
- En la biblioteca de mis padres había muchos libros de historia. De chicos, leímos la Historia Universal, seguimos con la argentina y finalmente papá me compró la historia de Córdoba. Siempre me gustó la novela histórica, que en casa abundaba. Las novelas de Manuel Gálvez, La Gloria de don Ramiro, de Larreta, y Lo que el viento se llevó me dieron la idea de hacer novelas a partir de Córdoba y del interior.

- ¿Es difícil llegar a ser reconocida viviendo en el interior?
- Desde las provincias cuesta llegar a todo el país y debemos hacerlo desde Buenos Aires.

- Según el dicho, Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires…
- No sé si Dios, pero las grandes editoriales están allá.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com
Fotos: gentileza David Juárez

jueves, 4 de diciembre de 2008

Una mina macanuda

Por Silvina Carraud en "A la intemperie"

Leo en el diario que hoy se cumplen siete años de la puesta en marcha, por parte del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, de las medidas que luego se conocerían como "corralito financiero" .En junio del '98, gracias a las políticas neoliberales del menemato, cerraron las seccionales del interior de la provincia de la institución para la que había trabajado durante 16 años. Me despidieron y abonaron la indemnización que deposité, en dólares, en el banco. Si bien retomé mi tarea docente, fui usando ese dinero para vivir.En diciembre del 2001 me quedaban algunos dólares depositados, el único ahorro ("ahorro": leo esa palabra y me recuerda una libreta que tenía cuando era chica ¡qué antigüedad!) con el que contaba.Pues bien, me lo robaron! Sí, convirtieron los dólares en pesos, y de a puchitos, y a fuerza de "acampar" días enteros en el banco, me tiraron los pesos que me alcanzaron para comprar el Escort '90 que milagrosamente, conducido por mí, todavía circula.
Historias mínimas, como la que cuento, hubo millares.
Bastaba sólo mirarnos las caras en las largas colas del cajero automático, o dentro de la sucursal, para averigüar algo que nos diera una esperanza... fallida, por supuesto.
Después vinieron los federales, el peregrinar en búsqueda de algún lugar que los aceptara...Nos siguieron saqueando.
Cuando me comunicaron que iba a pasar a las filas de los desocupados, uno de los entonces empleadores, me transmitió que todos sentían lo sucedido, porque: "sos una mina macanuda".
Cuatro palabras que, en otro momento de mi vida, volví a escuchar...
Ahora, según el diccionario, macanudo es ser: bueno, magnífico, extraordinario, excelente, en sentido material y moral.
Hablando del presente, ¿tendremos los argentinos que seguir siendo ..."macanudos"?

jueves, 27 de noviembre de 2008

"Gualeguay tiene mucho potencial"

Entrevista a la Concejal Patricia Míguez Iñarra

En Gualeguay, Entre Ríos, se está trabajando en la elaboración de un Plan Estratégico de Desarrollo Integral de la ciudad (PEG). Desde hace dos meses se viene realizando un Taller que ha tenido varias jornadas de trabajo en la sede de Bomberos Voluntarios, donde puede participar la ciudadanía en general, con el fin de debatir y realizar un análisis de situación de la ciudad. Una de las caras visibles en este proyecto es la Concejal por el Partido Justicialista, Patricia Míguez Iñarra.

“La idea de un Plan Estratégico era una deuda pendiente que Gualeguay tenía consigo misma. Un par de veces se había intentado implementar este Plan, aunque sin lograr llegar a su conclusión, dice Míguez Iñarra. También la Corporación para el Desarrollo dictó el año pasado unos talleres relacionados con planificación y gestión de instituciones que fueron, diría yo, preparatorios. Específicamente en este caso la iniciativa surge de parte del Intendente Luis Erro, en conjunto con el secretario de Planificación Provincial, Arquitecto Guillermo Federik, en enero de este año”.

- ¿Cuál es el objetivo concreto del PEG y los beneficios que tiene para la ciudad?
- El objetivo es elaborar una herramienta orientadora del desarrollo, surgida en el ámbito de la participación ciudadana y necesaria para cualquier ciudad que hoy quiera desarrollarse en el mundo globalizado. El Plan también tiene previsto desarrollar una cartera de proyectos estratégicos que podamos ejecutar en el corto, mediano y largo plazo. Es importante poder aprovechar esta nueva oportunidad que se nos presenta, y concretar definitivamente el Plan Estratégico para el Desarrollo de Gualeguay.

- ¿Quiénes participan en la elaboración del Plan?
- Las tres patas de la estructura son: el Equipo Técnico, el Consejo del Plan Estratégico y la Sociedad Civil en su conjunto. En una primera etapa el Equipo Técnico elabora el proyecto y luego lleva adelante el proceso desde su faz metodológica, operativa, de síntesis y articulación de contenidos. El Consejo del Plan lo integran el Departamento Ejecutivo Municipal, el Concejo Deliberante, el Poder Ejecutivo Provincial, la Corporación para el Desarrollo de Gualeguay, la Sociedad Bomberos Voluntarios, la Asociación de Clubes y la Cámara de Empresarios. Sus principales funciones son impulsar y legitimar la elaboración y puesta en práctica del Plan. La Sociedad Civil tiene la trascendente tarea de aportar sus visiones, opiniones, proyectos, intereses, en un marco de diálogo y consenso entre todos los actores que se sienten comprometidos con el desarrollo de nuestra ciudad.

- ¿Qué factores se han tenido en cuenta en el análisis de situación de Gualeguay?
- Se ha realizado lo que se conoce como diagnóstico F.O.D.A., que consiste en hacer un análisis interno, de Fortalezas y Debilidades, y otro externo, de Oportunidades y Amenazas.

- ¿Cuáles son los datos que resaltan del análisis?
- Del análisis interno han ido surgiendo los principales problemas que tiene nuestra localidad: la falta de planificación del suelo, la falta de infraestructura industrial y turística, la falta de viviendas, el desempleo, la concentración económica en algunos sectores y la pobreza, como contracara, en otros; el gravísimo problema educativo ya que casi el 60 % de la población no ha alcanzado la terminalidad educativa, la problemática del sector salud, la decreciente calidad ambiental. Por otra parte, se determinaron las fortalezas de la ciudad: su patrimonio natural, su patrimonio cultural y arquitectónico, su ubicación estratégica en relación con las ciudades más grandes de Argentina, su producción de bienes primarios.

“Cómo curiosidad –destaca la Concejal- el Capital Humano fue considerado desde las dos ópticas, según la visión de cada uno de los participantes. Como Fortaleza, por la participación que tiene la gente en instituciones y la solidaridad manifestada ante situaciones de desastre; y como Debilidad, por la falta de participación ciudadana en asuntos públicos, la desconfianza, resistencia al cambio y fragmentación social”.

“Se ha analizado el contexto y allí es donde surgen las oportunidades –afirma Míguez Iñarra- como por ejemplo la posibilidad de desarrollar el turismo y la industria, de vincular la demanda de productos alimenticios de las ciudades con la producción primaria local, de poder generar proyectos regionales con ciudades aledañas, el poder aprovechar este momento histórico del PEG como ámbito de discusión del ordenamiento urbano, las posibilidades que nos da Puerto Ruiz y la cercanía con el Puerto de Ibicuy. También las Amenazas: el riesgo hídrico, la inseguridad creciente, la inestabilidad económica”.

- Nos desviamos un poco del tema. Estamos próximos a cumplir un año con las nuevas autoridades en el Ejecutivo y el Legislativo Municipal, usted como Concejal ¿qué evaluación hace de este primer año de gestión del Concejo y de la gestión del Intendente Luis Erro?
- En lo personal hago una evaluación altamente positiva, creo que el Ejecutivo con aciertos y errores ha ido cumpliendo objetivos de gobierno. No ha sido un año fácil, hemos sufrido crisis políticas, económicas, pero se sigue siempre para adelante. El trabajo en el ámbito del Honorable Concejo Deliberante ha sido arduo, se han sancionado leyes importantes en cuanto al tema vial, a la preservación del patrimonio arquitectónico, el presupuesto, regulaciones, etc. Nos queda pendiente legislar sobre la planificación urbana, código de faltas de la construcción, y algunos otros temas que no hemos podido terminar de analizar en profundidad.

- ¿Cómo es la relación actual entre el Concejo y el Ejecutivo Municipal?
- La relación actual es buena, a veces surgen problemas de forma, que han sido salvados. A veces las asperezas tienen que ver con fallas en la comunicación, aunque el diálogo últimamente ha mejorado. Creo que a pesar de las diferentes visiones que todos podamos tener, estamos trabajando para que a Gualeguay le vaya mejor.

- Como representante del pueblo, ¿qué necesidades importantes detecta en la ciudad y en sus habitantes?
- Muchas. Necesidades de todo tipo: económicas, sociales, laborales, educativas. También hay muchos vacíos legales que provocan problemas o situación de inequidad. A nivel Concejo creo que esta gestión le ha brindado a la gente un lugar donde poder expresarse, si bien muchas veces las soluciones a sus problemas no están a nuestro alcance como legisladores. Personalmente me siento muy orgullosa de haber sido elegida como Concejal y trato de trabajar todo el tiempo para cumplir con la gente y con mis funciones. De hecho he recibido dos becas este año: una como Concejal Líder que me dio el CIPPEC – Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Desarrollo- y otra que me otorgó el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y la Universidad de Entre Ríos para estudiar la “Diplomatura en Gestión y Desarrollo Local” que se dicta en la sede UNER-Villaguay. Ésta carrera está muy relacionada con todo lo que es planificación estratégica ya que el propio Ministerio como promotor de proyectos de desarrollo busca capacitar gente de los distintos departamentos de la provincia, pues privilegia su inversión en ciudades que planifican y despliegan estrategias de desarrollo.

- ¿Cuál es su visión sobre Gualeguay y cómo le gustaría ver a la ciudad?
- Yo veo una ciudad con un desarrollo industrial incipiente y grandes posibilidades para darle valor agregado a los productos primarios, cuero y pieles. Veo también la posibilidad de impulsarnos como destino turístico, para lo cual debemos recuperar el río y el puerto, preservar nuestra arquitectura, promover la cultura y la identidad, invertir en infraestructura. Gualeguay tiene mucho potencial y es importante que todos seamos conscientes de ello, que lo podamos apreciar e impulsar. El desarrollo, el crecimiento, el futuro, dependen de todos nosotros.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

martes, 25 de noviembre de 2008

Y ahora...¿qué hacemos con los calzones de Nadal?


Todo empezó con una graciosa, pero poco feliz, frase de Juan Martín del Potro cuando ya Argentina se sabía finalista de la copa Davis. Refiriéndose a que vendría a jugar Rafael Nadal -su amigo- del Potro descerrajó un “que venga, le vamos a sacar los calzones…”, frase que fue festejada por todo el público presente en Parque Roca. Después llegaron todas las elucubraciones sobre en qué superficie había que jugarle a Nadal. Que polvo de ladrillo no porque era darle por ganado los partidos al número uno del mundo; que tenía que ser carpeta y si era carpeta tenía que ser un estadio cerrado.

Entonces comenzó la puja por qué ciudad sería la sede: Córdoba o Mar del Plata. Y vinieron veedores mundiales para inspeccionar las posibles cedes y dar el visto bueno. Y comenzó la lucha política, la de ellos –los políticos- que no dan puntada sin hilo y que aprovechan cualquier oportunidad que pueden para sacar un rédito, aunque más no sea figurar, salir en la foto, cueste lo que cueste –y vaya si costó unos cuantos millones que Mar del Plata fuera finalmente la cede- y Scioli pudo darse el lujo de que la final de la Copa Davis se jugara en la provincia de Buenos Aires.

Pero resulta que “el Rafa” se lesionó y no pudo venir a jugar, entonces muchos se empezaron a preguntar: ¿entonces que hacemos? Y trataron de hacer un poco más blanda la superficie. Todo para poder sacar un poco más de ventaja deportiva, que por supuesto es lícita y está dentro del reglamento. Pero ¿de qué sirvió?

Los españoles vinieron, sin Nadal, uno de los pilares fundamentales del equipo. Vinieron calladitos la boca, sabiendo que la fiesta se estaba preparando y ellos, obligatoriamente, serían los sparring para que los argentinos festejáramos la primera Copa Davis, ésa misma que está hecha con tanto peso para que no la pueda sostener un solo jugador sino cuatro, un equipo. Porque la Davis se juega en equipo, algo que es difícil de entender en el tenis, un deporte que es fundamentalmente individualista. Por esa razón misma, es difícil hacerle entender a un tenista los conceptos básicos que debe tener un equipo, porque el mismo tenis es individual. Y convengamos que cuando se juega dobles es bastante aburrido, jugarlo y más mirarlo.

En otros deportes como el rugby, por citar un ejemplo, es fundamental el trabajo de equipo. En un scrum son ocho jugadores que son uno. En el tenis no pasa lo mismo, el tenis es fundamentalmente un juego individual, y eso se nota.

Y en las afueras del estadio de Mar del Plata, la fiesta se palpitaba. Y los vendedores ambulantes, que parecido a nuestros políticos aprovechan las oportunidades, vendían “los calzones de Nadal” como un símbolo inequívoco de lo “ganadores” que nos creemos muchas veces los argentinos, de nuestro triunfalismo, de nuestra enfermedad crónica: el exitismo.

El equipo español, sin Rafael Nadal, nos demostró que muchas veces lo imposible se hace posible. El capitán del equipo, Emilio Sánchez Vicario, que sabe –y mucho- sobre entrenar, motivó especialmente a los jugadores haciéndoles entender que por algo estaban en ese equipo y que podían estar a la altura de una final de Copa Davis. Y vaya si lo estuvieron.

Del equipo argentino, mucho se habló. Se dijeron muchas cosas sobre peleas que en realidad no existieron, sobre conflictos que no son tanto. Sí existió un solo reproche; fue de un jugador hacia del Potro: “viste pendex, que no tendrías que haber ido a Shangai”. Algo injusto para el chico de Tandil, que arrancó entre los cincuenta mejores del mundo, que hoy es top ten; y que se ganó el derecho a jugar el Master por estar entre los ocho mejores del año.

Nos ganaron, bien, sin discusión, sin excusas. Nos demostraron que fueron mejores. Ojalá esto nos sirva para aprender de nuestros errores. Ojalá nos sirva para darnos cuenta que los partidos se ganan en la cancha y no fuera de ésta. Habrá otras finales para Argentina seguramente. Habrá otras oportunidades, ojalá las podamos aprovechar.

Mientras tanto, los vendedores ambulantes, habrán guardado los calzones de Nadal en alguna caja de cartón, para una mejor oportunidad. O quizás, en un tiempo, aparezcan en algún puesto en “La Salada” como un triste recuerdo de lo que fue, para todos los argentinos, esta final de Copa Davis.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

jueves, 20 de noviembre de 2008

“Las personas hacen que uno sea lo que es”

Entrevista a Liliana Herrero


Con una amplia discografía que va desde “Liliana Herrero” de 1987 con producción propia y de Fito Páez, dedicado a su hija cuando cumplió doce años, con temas como Canto al Río Uruguay de Ramón Ayala y Para el cachilo dormido de Atahualpa Yupanqui; hasta “Igual a mi corazón” editado este año y dedicado a su nieta y a Fito Páez; con Canto labriego de Teresa Parodi, La casa de al lado de Fernando Cabrera y Cais con letra de Ronaldo Bastos y música de Milton Nacimento, entre otros temas; Liliana Herrero se ha consolidado como una de las artistas más importantes de la música argentina.

Como una forma de festejar los veinte años desde el lanzamiento de su primer disco, Liliana está recorriendo -desde el año pasado- todo el país y Uruguay llevando a su público “Todos estos años de gente”.

- ¿Qué significado tiene “Todos estos años de gente”?
- Todos estos años de gente es una expresión de una canción de Luis Alberto Spinetta. Significa casi contar una vida lo cual no es poco. Es decir, todas las personas que hacen que uno sea lo que es. “Todos estos años de gente” es un reconocimiento a tantos con los que estuve cerca, como un homenaje a la capacidad que tenemos de juntarnos y escucharnos.

En su prolífica carrera artística, además de los once discos editados, Liliana ha puesto su voz en muchos discos de otros artistas y en películas, interpretando canciones como el tema final de la película XXY dirigida por Lucía Puenzo , “El cometa rojo” de Nordeste el film de Juan Diego Solanas o la maravillosa interpretación de “Palabras para Julia” el poema de José Agustín Goytisolo musicalizado por Paco Ibáñez, tema final de la película Kamchatka dirigida por Marcelo Piñeyro.

Esta artista entrerriana, reconoce que sus influencias musicales “son muy variadas, creo que en el acto de escuchar todo tipo de música uno enriquece el oído y trata con verdaderos monumentos de la música universal y de la propiamente argentina o latinoamericana. Escucho música clásica, tango, rock, jazz, folklore y la llamada world music”.
Nacida en Villaguay, en 1948, Liliana pasó su niñez y su adolescencia en esa ciudad de Entre Ríos. “Estuve en Villaguay hasta los dieciocho años, toda la primaria y la secundaria la hice allí”.

- ¿Cómo estaba constituida tu familia?
- Mis padres, claro, ellos ya no están; y dos hermanos: uno mayor que yo y otro menor. Uno vive actualmente en Santa Fe y el otro en Villaguay.

- ¿Qué cosas recordás de tu infancia?
- Es una pregunta compleja porque no se puede expresar en pocas palabras lo que es la infancia ya que la infancia es exactamente la patria, como decía el escritor Juan José Saer. Recuerdo el arroyo Villaguay, el rio Gualeguay. Nuestros viajes en tren a Gualeguay todos los veranos, la siesta, las escapadas al arroyo. Los infinitos amigos que uno tiene en la infancia, los juegos. Todo eso más el estudio, la música y las lecturas conforman mi infancia y la siento preciosa aún.
En 1966, Liliana viaja a Rosario para estudiar Filosofía. “En Rosario habían estudiado mis padres, mi papá estudió Bioquímica y mi madre hizo la carrera de Farmacia. Se recibieron los dos y se fueron a vivir a Villaguay. También mi hermano mayor ya estaba estudiando en Rosario medicina y teníamos todos los familiares de mi madre”.

- ¿Sentiste el desarraigo?
- Sí, claro. Sentí que estaba fuera de mi lugar pero los otros lugares siempre se van conformando con el tiempo como propios.

- ¿Cómo era ese Rosario, cómo te sentiste vos en esos primeros tiempos?
- Bien y mal. Fueron tiempos de profunda alegría, de combates y festejos por el futuro y también son momentos de mucha pena por los sucesos que la historia nos tuvo preparados y tal vez, nosotros, los de aquella generación no pudimos ver. Los momentos en Rosario están absolutamente ligados a los movimientos políticos y las vanguardias culturales de los años ‘60 y ‘70. Luego en los ochenta mi actitud también fue muy comprometida no solo con los derechos humanos sino también con todo el proceso democratizador del país.

- ¿Cómo era esa bohemia rosarina?
- Más que bohemia era un momento de mucho miedo e incertidumbre de modo que nos juntábamos para protegernos, para contarnos cosas, para cuidarnos y cobijarnos en la música.

- ¿Cómo conociste a Fito Páez?
- Conocí a Fito a través de Juan Carlos Baglietto y a Juan a través del gran músico y poeta Chacho Muller.

- ¿Qué es Fito en tu vida personal y profesional, y qué significa Mercedes Sosa?
- Fito es ya mi familia. Mercedes es la creadora de una forma de cantar que antes de ella no existía en la cultura argentina.

- Cuando desembarcó la trova rosarina en Buenos Aires en el ‘82, vos te quedaste en Rosario, ¿por qué?
- Porque yo tenía una hija a quien cuidar y porque ya se venía preparando el proceso democrático en el país y quería regresar a la universidad a dar clases. También porque no era mi intención cantar profesionalmente.

- ¿Cuándo fue tu venida a Buenos Aires?
- Vine en el año ’95 cuando ya sentí que no quería estar más en la universidad y porque mi marido, Horacio González, vivía en Buenos Aires.

- Empezaste tu carrera haciendo folklore, ¿definirías lo que hacés hoy, como música latinoamericana?
- No, jamás definiría mi música con esa generalidad que es la palabra latinoamericana. Mi música es argentina y se recuesta fundamentalmente en el folklore.

- Te lo pregunto porque escuché tu interpretación maravillosa de "Palabras para Julia", el poema del español José Agustín Goytisolo musicalizado por Paco Ibañez y cantar temas de Fito, es decir, excede lo que es el folklore tradicional...
- Sí, por supuesto mi música excede lo que es el floklore tradicional no solo porque suelo cantar otro tipo de canciones sino por el tratamiento mismo que le doy a los temas propiamente folklóricos.

- ¿Qué le has dado a la música y qué te ha dado la música a vos?
- Todo.
- Con todos estos años de carrera has madurado, eso se transfiere a tu forma de cantar. ¿Te sigue importando la calidad o más que nada la forma de comunicar y lo que transmitís?
- Si no persiguiera la calidad estaríamos en serios problemas. La calidad artística y musical es fundamental para hacer esta actividad. Con dos acordes no arreglamos los temas. Cantar es cantar afinado, con calidad y responsabilidad y además pensar y decir un territorio cultural.

- ¿Cuánto tenés de entrerriana, de rosarina y cuanto de porteña ahora?
- No sé. Tengo de todo un poco en todo lo que hago.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

lunes, 17 de noviembre de 2008

Los conflictos y las diferencias internas de Las Madres de Plaza de Mayo

Presentación del libro La otra lucha de Ulises Gorini



Si bien La otra lucha es la continuación de La rebelión de las Madres –primer tomo de la Historia de las Madres de Plaza de Mayo- puede leerse en realidad como un libro totalmente autónomo de su antecesor. Por diversas razones, la investigación de Gorini es inusual. Para convertirla en única obtuvo materiales inéditos y extraordinarios como las grabaciones de las apasionadas reuniones de Comisión Directiva de esas mujeres íntegras y heroicas que, unidas o separadas, decidieron luchar por lo imposible.

La otra lucha narra los conflictos, las contradicciones y las diferencias internas que atravesaron las Madres de Plaza de Mayo como institución.

El nombre del libro es -según el propio autor- “la expresión de las Madres de Plaza de Mayo; está tomado de una frase de Hebe de Bonafini dicha el jueves anterior a que asumiera la presidencia de la Nación Raúl Alfonsín, cuando estando en Plaza de Mayo les dijo a las demás madres: la semana que viene empieza la otra lucha”.

Ulises Gorini nació en La Plata en 1955. Es abogado, docente, periodista especializado en derechos humanos y se desempeña como director del periódico Acción. Escribió Lilí, presa política, El encubrimiento, Tópicos utópicos y A contrapelo, conversaciones con Osvaldo Bayer. En 2006 la editorial Norma publicó La rebelión de las Madres, primer tomo de la Historia de las Madres de Plaza de Mayo (1976-1983).

La presentación de La otra lucha –realizada el miércoles pasado por la noche en el Centro Cultural de la Cooperación, en Buenos Aires- contó con la presencia del sociólogo y politicólogo Atilio Borón, la actriz y narradora oral Ana María Bovo y el historiador y periodista Osvaldo Bayer.

Ulises Gorini sostiene que “ha habido un menosprecio de las Madres. Hay un valor ideológico en las Madres, son más que mujeres heroicas, son más que madres, son protagonistas”. El autor destacó que las Madres “fueron víctimas de la más terrible extorsión por parte de los militares” cuando en 1980 el gobierno les propuso armar una lista de veinte nombres de desaparecidos con el compromiso de dejarlos en libertad. Curiosamente, la Comisión Directiva de Madres estaba compuesta por veinte miembros. El objetivo claro del gobierno militar era crear un conflicto interno en la asociación para dividir a las madres y que perdieran fuerza en su accionar. Gorini, le dedica un capítulo de su libro a este hecho poco conocido de la historia argentina.

La actriz y narradora oral Ana María Bovo leyó, al público que concurrió a la presentación, el capítulo dedicado a “la lista”, uno de los capítulos más importantes y conflictivos del libro, y donde el autor compara este hecho con el tema de la película La decisión de Sophie de 1982 dirigida por Alan J. Pakula y protagonizada por Meryl Streep.

Para el sociólogo Atilio Borón, el libro de Gorini es “una obra monumental, una obra impresionante, producto de un análisis estrictamente riguroso, que plantea las contradicciones y los conflictos internos que atravesaba esa institución” y destacó que las Madres “fueron pioneras” en la lucha por los desaparecidos y los derechos humanos y que “tuvieron una enorme capacidad” como para denominar a los procesos democráticos latinoamericanos surgidos en la década del ’80 como “regímenes postdictatoriales”.

El historiador y periodista Osvaldo Bayer elogió el libro de Gorini: “es un libro valioso, profundo, escrito con suma bondad, uno se maravilla. Es un libro que va a durar mucho en la Historia por la documentación que tiene, en este libro está toda la dramaturgia, están las discusiones de las Madres”.

“Aprendí mucho de Hebe (de Bonafini) y de María de Antokoletz, cuando me venían a ver a mi departamentito, cuando yo vivía en Alemania, ojalá nunca se hubieran separado” afirmó Bayer. El autor de La Patagonia rebelde definió como “épica la lucha de ellas, nunca van a desaparecer. Yo quería escribir la historia de las Madres, pero varios autores se me adelantaron, pero Gorini lo ha hecho mucho mejor de lo que lo habría hecho yo” concluyó Bayer.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

jueves, 13 de noviembre de 2008

La tarea de interpretar el pasado

Entrevista al historiador Felipe Pigna

Si a algún chico de los últimos años de la escuela primaria, a un adolescente, o a algún joven se le preguntara el nombre de un historiador, seguramente el primero que surgiría, sería el de Felipe Pigna.
Para esos jóvenes, la Historia Argentina contada de una manera diferente llegó de la mano de este profesor de Historia nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en 1959. Egresado del Instituto Nacional del Profesorado Joaquín V. González, Pigna, es autor de varios libros: Mundo Contemporáneo (1999), La Argentina Contemporánea (2000), Historia Confidencial (2003), Los mitos de la Historia Argentina (2004), Los mitos de la Historia Argentina 2 (2005), Los mitos de la Historia Argentina 3 (2006), Lo pasado pensado (2006), Evita (2007) y Los mitos de la Historia Argentina 4 (2008). Conductor -junto a Mario Pergolini- y guionista del ciclo “Algo habrán hecho” emitido por Canal 13 y Telefé respectivamente, que obtuvo el premio Martín Fierro 2005 y 2006 al mejor programa cultural. Conduce el programa “Lo pasado pensado” por Canal 7 y un programa con el mismo nombre en la radio FM Rock & Pop. Es director de la revista “Caras y Caretas” y del sitio de historia www.elhistoriador.com.ar.

- ¿Cómo es tu concepción de la historia?
- La historia ha logrado, tras siglos de debates, instalarse como una disciplina en la que la diversidad de opiniones y la toma de posiciones, el análisis con conclusiones, son componentes necesarios. No existen ni existieron jamás los historiadores imparciales u objetivos, y en este sentido podríamos citar el caso argentino de Mitre hasta nuestros días. De lo que se trata es de interpretar el pasado, no de narrarlo cronológicamente, para eso están los cronistas, que fueron y son obviamente subjetivos. Mi concepción de la historia está necesariamente vinculada por formación y elección al materialismo histórico y al modelo que instaló en el mundo de nuestra disciplina gente como Eric Hobsbawm, una historia basada en los documentos, una historia social, atenta a los procesos culturales y económicos.

- Tu gran mérito fue acercar la Historia a la gente, hacerla más "popular"…
- No me corresponde a mí hablar de mis méritos, pero si puedo decir que esa fue y es mi intención.

- ¿Te considerás responsable de esta nueva forma de contar la historia argentina?
- No le tengo miedo a la palabra responsabilidad, la asumo y me llena de orgullo tener que ver en este proceso innegable de acrecentamiento del interés por la historia. Tiene que ver con no subestimar a la gente, con respetar a los jóvenes -el cincuenta por ciento de mis lectores lo son-, con escucharlos, con conversar mucho con la gente que me lee, con tener en claro mi relación con ellos y no convertirme en uno de esos intelectuales que aman a la humanidad pero odian a la gente. No pasa, hay una fuerte corriente afectiva entre nosotros que se manifiesta en cada charla, en cada firma de libros, donde ellos saben que no me voy a mover hasta firmar el último libro, cuaderno o papelito y escuchar el último comentario, aporte, crítica lo que sea; y yo sé que me voy a ir contento y habiendo conocido gente nueva, historias locales, regionales, su problemática, sus alegrías, en fin, la maravilla del diálogo.

- Tu popularidad empieza con el primer libro de "Los mitos de la Historia Argentina" y de tu participación en “Cual es” el programa de radio de Mario Pergolini…
- En realidad mi popularidad arrancó curiosamente con la publicación de “Los mitos…” volumen 1, un libro publicado por una editorial como Norma que invirtió muy poco en publicidad y el libro se convirtió en el más leído en apenas un mes por el fenómeno de la difusión popular boca en boca. A la presentación del libro vinieron más de mil personas. Al poco tiempo comencé con mis columnas con Mario, el libro explotó, efectivamente y se tornó interesante para un segmento de público claramente joven. El público de Mario, que me aceptó, fue quien decidió casi plebiscitariamente que me convirtiera en columnista de "Cual es", en una columna completamente atípica que nunca duró menos de cuarenta minutos con picos de una hora diez en el trigésimo aniversario de la instalación de la dictadura cívico-militar de Videla.

- ¿Sos consciente que muchos chicos y jóvenes empezaron a interesarse por la Historia Argentina a partir de "Algo habrán hecho", que fue un gran mérito tuyo y de Pergolini de llegar a ese público?
- Soy absolutamente consciente y estoy eternamente agradecido a Mario y muy orgulloso por este logro.

- Muy pronto arranca la nueva temporada de "Algo habrán hecho" en Telefé, ¿ya tiene fecha de salida?
- Seguramente será a mediados de este mes. Nos ocuparemos en esta temporada del período 1896-1944, desde el suicidio de Alem -donde dejamos la historia en la temporada anterior- al encuentro entre Perón y Evita, pasando por las luchas de socialistas y anarquistas, los combates por el voto, la Ley Sáenz Peña, los gobiernos de Yrigoyen y Alvear, la Semana Trágica, las huelgas patagónicas, el golpe del 30, Lisandro de la Torre, entre otros temas.

- Y la semana pasada salió el cuarto tomo de "Los mitos de la Historia Argentina" con el peronismo del '45...
- Sí. Después de dos años de intenso trabajo de investigación salió el tomo 4 que se ocupa de un período clave de nuestra historia: el primer peronismo, con todo lo que ello implica.

- ¿Cuáles fueron las implicancias del primer gobierno de Perón?
- Esencialmente la incorporación de los sectores populares a niveles nunca antes alcanzados de acceso al consumo de bienes básicos y durables y a derechos de los que habían sido históricamente excluidos como la salud, la educación y la seguridad social. Y por supuesto la incorporación de la clase obrera como un sujeto social protagónico a la vida política nacional de la que había sido marginada por los partidos tradicionales.

- ¿Cómo hecho histórico ese gobierno marcó, a tu criterio, la Historia Argentina?
- Creo que sin dudas marcó y dividió en dos al siglo XX: antes y después de 1945. Es uno de los procesos más importantes y determinantes de nuestro siglo pasado.

- ¿Qué significan para vos y cuál es tu relación con historiadores como Osvaldo Bayer, Pacho O'Donnell y Felix Luna?
- A Osvaldo fue a quien primero conocí de los tres y con quien mantengo una intensa amistad y a quien considero un querido maestro. Él presentó los dos primeros tomos de “Mitos…” y escribió el prólogo del tercero. Dijo en público que me consideraba su mejor alumno, lo que me honra y me compromete en el mejor de los sentidos. Escribí un artículo en su último libro de debates y hemos dado juntos muchas charlas en distintas partes del país. La más reciente en Córdoba en el marco de un homenaje a la memoria del gran Agustín Tosco en la sede de Luz y Fuerza, su gremio. Es un ser extraordinario, de quien siempre se aprende y con quien es muy enriquecedor y a la vez desafiante discutir. A Pacho (O’Donnell) lo conocí discutiendo con él en un programa de Radio Mitre y al poco tiempo me llamó para que trabajáramos juntos. Lo hicimos en Canal 7 y en Radio Mitre por más de tres años y fue una interesante experiencia; disentir públicamente, coincidir a veces. Tengo muy buenos recuerdos de esa época y de Pacho en particular con quien nos vimos hace poco en los premios Planeta y recordamos viejos tiempos con mucha cordialidad. Con Félix (Luna) tenemos una relación de respeto mutuo, y siempre me gusta reconocer su lugar de pionero en esta lucha por hacerle llegar su historia a nuestra gente. Más allá de las diferencias, que son muchas con Falucho Luna, siento por él un gran respeto y reconocimiento.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com
Foto: Graciela Ocampo

viernes, 7 de noviembre de 2008

Las esperanzas puestas en Obama


El mundo entero tiene los ojos puestos en este hombre de 47 años, nacido el 4 de agosto de 1961 en Honolulu, Hawai, que tendrá en sus manos la responsabilidad de guiar los destinos de los Estados Unidos, cuando asuma su presidencia el próximo 20 de enero de 2009. El mundo entero lo está mirando porque es insoslayable la importancia y la influencia que tiene el país del norte en el contexto mundial.

Barack Obama asumirá en la peor crisis económica mundial, comparable –según los especialistas- a la gran crisis del año 1929. Las expectativas de los norteamericanos en particular y de los ciudadanos del mundo en general, son muchas. Barack Obama encarna las esperanzas de un cambio, las esperanzas de que las cosas puedan mejorar, las esperanzas de que “el sueño americano” todavía sea posible.

La opinión de Rosendo Fraga
Rosendo Fraga, es analista político e historiador, Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. Consultado sobre si lo sorprende este triunfo de Barack Obama en las elecciones estadounidenses, Fraga responde que “se sabe desde siempre, que cuando la economía esta mal, suele ganar la oposición y si al mismo tiempo, el Presidente que termina, lo hace con la menor popularidad desde que se hacen encuestas, es lógico, casi inevitable, que gane la oposición en cualquier país del mundo. Desde esta perspectiva, lo que sucedió el 4 de noviembre en los EEUU, no es ninguna sorpresa, sino todo lo contrario. Más allá de esta explicación simplista, la llegada de Obama al poder, tiene profundos significados”.

Con respecto al triunfo de Obama y sus significados, para Rosendo Fraga “el primero es que por primera vez llega a la Presidencia un afroamericano. Ello puede ampliarse, ya que no se ha producido un fenómeno similar en ninguno de los países del llamado occidente. La consecuencia es que ello permite a los EEUU, recuperar ante el mundo, la proyección de lo que Joseph Nye, llama el poder blando, que son los valores de la pluralidad, la libertad y el progreso social, que han caracterizado la cultura política del país, tras un período como el de Bush, donde sólo proyectó el poder duro, que es la capacidad militar, en este caso concentrada en la lucha contra el terrorismo. El segundo, es que el triunfo del candidato demócrata, es la consecuencia de un importante fenómeno socio-político, ya que en esta elección se ha registrado un record de concurrencia -en los EEUU el voto es voluntario- no sólo en cantidad, sino en porcentaje, votando aproximadamente dos tercios de quienes tenían derecho a hacerlo, cuando el promedio histórico es del 55%. Obama logró una concurrencia sin precedentes de dos segmentos que votaban por debajo del promedio, los jóvenes y los afroamericanos, en las últimas décadas poco interesados en la política. El tercero, es que fue una elección globalizada, seguida en todo el mundo y con sondeos a nivel mundial, que permitieron conocer cómo hubiera votado la humanidad, de haber participado en la definición política de quien gobernará los próximos cuatro años la primera economía del mundo. Cuatro cada cinco, votaban por Obama.

Fraga sostiene, acerca de la popularidad a nivel mundial que tiene Barack Obama, “que con su llegada al gobierno, EEUU tiene frente al mundo un Presidente que goza de su simpatía y ello es fundamental para recomponer la imagen internacional del país”.

Para Rosendo Fraga “el cambio político tiene lugar en momentos que el mundo sufre la crisis financiera global más grave desde 1929, la que como entonces ha comenzado en los EEUU y encauzarla o por lo menos contenerla, es el desafío inmediato del candidato vencedor, que iniciará su mandato teniendo que afrontar los costos sociales de esta crisis dentro de su propio país. Pero Obama ante todo significa la esperanza, no sólo para los norteamericanos, sino para el mundo”.

Los problemas que deberá enfrentar Obama
Cuando asuma la presidencia de los EEUU, Obama deberá encontrarle solución a varios problemas que son significativos para su país y para el mundo. Quizás el más importante sea la crisis económica generada en Estados Unidos y que ha afectado a todos los mercados mundiales. Los conflictos bélicos en Georgia e Irak -con los consabidos costos económicos que ello implica- es otro de los temas acuciantes. Pero además, se le exige al gran país del norte que debe tener conciencia de los graves problemas ecológicos –entre ellos el calentamiento global- que sufre el planeta y en los cuales el gobierno estadounidense no ha tomado cartas en el asunto, desconociendo el Protocolo de Kyoto que promueve la reducción de gases contaminantes que contribuyen al calentamiento del planeta. Las esperanzas y las expectativas de cambio están puestas en Barack Obama, estará en él y en su gobierno, que esas expectativas y esperanzas se transformen en una realidad.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

sábado, 1 de noviembre de 2008

Y un día...volvió Diego



Me gusta el fútbol, soy -podríamos decir- un amante del deporte del balompié, que antigüedad ¿no?
Creo que el fútbol, bien jugado, es uno de los deportes más lindos. Y como me gusta el fútbol, soy hincha de fútbol aunque no fanático. Lo era, pero perdí hace unos cuantos años atrás mi fanatismo cuando caí en la cuenta de que en el fútbol profesional de hoy, se juegan muchos más intereses económicos que deportivos. Igualmente, ese punto en cuestión no me impide ponerme nervioso, maldecir y disfrutar de un partido, aunque no con la intensidad con la que lo hacía cuando era un fanático del fútbol, cómo cualquier argentino.
Los argentinos sentimos, maldecimos y disfrutamos del fútbol, somos así. Y como nuestra idiosincrasia, la que nos viene de nuestros antepasados, en general italianos y españoles, es ser enérgicos, verborrágicos, discutidores y apasionados, nos tomamos el fútbol muy en serio, demasiado en serio, olvidándonos que no nos va la vida en el fútbol, sino que es un juego o un deporte, nada más. Y hablamos, opinamos y discutimos, con todas las energías.
Entonces, con todas esas energías hablamos sobre la Selección Argentina, el equipo de todos, el que nos representa futbolísticamente, y por el cual sufrimos, maldecimos, aplaudimos y disfrutamos.
Y la Selección Argentina está en boca de todos. Todos opinamos: que Basile, que Maradona, que Bianchi, que Russo. Todos opinamos, porque si de algo sabemos los argentinos es de fútbol…ah… y de política. Pero hablemos de fútbol. Todos opinamos: periodistas, locutores, comunicadores, jugadores, ex jugadores, todos, absolutamente todos. Que el técnico de la Selección tiene que ser Bianchi; que Maradona no sabe; que Bianchi sabe como conducir los grupos; que Maradona no tiene autoridad; que peor que con Basile no vamos a estar; que mirá Bielsa como acá no lo quería nadie en la Selección y ahora mirá que bien que juega Chile…
Y así, en los medios, se plantea también la polémica. Y pasan minutos y minutos de radio y televisión, centímetros y centímetros de papel, hablando de si Maradona se merece o no estar en la Selección Nacional. Y la pregunta queda flotando en el aire: ¿se merece Diego Armando Maradona ser el director técnico de la Selección Argentina? Y la respuesta totalmente subjetiva, mi respuesta… es sí. Se lo merece, sin dudas que se lo merece.
Conozco muy pocos jugadores – por no decir, casi ninguno- que haya estado en la Selección Argentina de fútbol y que sienta el orgullo, la pasión y tenga la entrega que tuvo Diego Maradona.
Los argentinos tenemos la suerte de poder decir que hemos tenido al mejor jugador de la historia del fútbol mundial. Pregunto: ¿es poca cosa? Y si Maradona ha sido el mejor jugador en la historia del fútbol mundial ¿no se merece una oportunidad para dirigir el seleccionado argentino?
A los que piensan que Maradona no tiene la autoridad suficiente para manejar un equipo donde hay jugadores con fama mundial y millones de dólares o euros en sus cuentas bancarias, pregunto: ¿existe alguien que haya jugado mejor al fútbol y sea capaz de poner en duda algo que pueda llegar a decir Maradona? Creo que la respuesta es simple: nadie.
A los que esgrimen el argumento de que Maradona fracasó dos veces como técnico, (en Mandiyú de Corrientes y en Racing Club de Avellaneda) cabe recordar que ninguno de los dos clubes tenía -en ese momento- un plantel discretamente competitivo. Y cabe destacar a los defensores de Carlos Bianchi -al que considero un excelente técnico- que él también tuvo dos fracasos (en la Roma de Italia y en el Atlético de Madrid). Los fracasos, muchas veces, no tienen un significado determinante.
A los que dicen y argumentan que Maradona no tiene la autoridad suficiente por los consabidos problemas de drogas que tuvo durante años, sería bueno recordar que Sergio Batista, actual técnico de la Selección Juvenil, también los tuvo y absolutamente nadie salió a ventilar ese tema porque, por supuesto, no correspondía, como no corresponde ahora.
Maradona cometió muchos errores en su vida, mayores o menores a los que cometemos todos, pero ¿por eso hay que estigmatizarlo y restarle méritos para dirigir la selección? Maradona se ha ganado el derecho a una oportunidad en la Selección Nacional a la que tanto le dio, de la que fue capitán, con la que se consagró campeón y sub campeón del mundo, en la que hizo el mejor gol que se haya hecho en la historia de los mundiales (a Inglaterra en el mundial de México ’86) Por todo y ¿qué más? bienvenido Diego Maradona a la Selección. Ojalá le vaya muy bien y si no sucede eso, habrá tenido lo que más quiere en este momento, habrá tenido su oportunidad, la que sin lugar a dudas se merece, aunque más no sea por la historia y por los momentos de gloria que él supo darnos a todos los argentinos.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

sábado, 25 de octubre de 2008

“La radio es el medio en el que me desenvuelvo más libre y suelto”

Entrevista al locutor y periodista Quique Pesoa
Quique Pesoa (58) vive hace cuatro años en San Marcos Sierras, un pueblito serrano al noroeste de la provincia de Córdoba, junto a su esposa Leda y su hijas Mercedes (15) y Catalina (8). “San Marcos no está de paso para ningún sitio, tenés que desviarte diez kilómetros de la ruta 38, entre Capilla y Cruz del Eje. Mucha gente se ha venido para estos lares últimamente, creo que demasiada. Mientras no aparezca algún salame a querer pavimento, luz de mercurio, cajero Banelco, estación de servicio y shopping, estaremos más o menos bien”.

- ¿Cómo es la gente del pueblo?
- Este pueblo es una especie de babel cultural. En los años ‘20 llegaron los naturistas, en los ‘60 los hippies que no se iban a El Bolsón, luego los Krishnamurtianos, los Saibaba y tantos otros. Por fin nosotros, los expulsados de las ciudades después del 2001. Te imaginarás que es imposible ponerse de acuerdo en nada.

Desde San Marcos, Pesoa transmite todos los domingos de 11 a 14 hs. su programa El Desconcierto del Domingo. “Armé mi estudio aquí pegadito a mi casa. Recibí una oferta de Radio Nacional Córdoba para hacer un programa semanal. Hace unos tres años apareció la banda ancha por estos pagos, así que comencé a usarla como medio de enlace con Córdoba capital. Y El Desconcierto del Domingo se escucha en toda la provincia vía LRA 7 AM. Fue pasando el tiempo y varias emisoras pidieron transmitir también el programa. En este momento hay más de treinta que reproducen el programa, en directo o en diferido. La bajada es libre y gratuita. Este es un nuevo medio de comunicación cuyo fundamento es la gratuidad. Seguramente este rasgo hará que los Vila, Manzano, Eurnekian y compañía se mantengan alejados y nosotros a salvo de sus peligrosas mordeduras”.

Quique Pesoa comenzó a trabajar en radio en 1970 en LT2 de Rosario, su ciudad natal. “Trabajé varios años en Rosario hasta que, movido por constantes disputas con los propietarios de los medios, me fui a buscar suerte a Buenos Aires y me fue bien”.

- ¿Te sentís un tipo del interior?
- Siempre fui un tipo del interior. Cuando vivía y trabajaba en Rosario, miraba a Buenos Aires con ojos de chacarero deslumbrado. Luego fui a vivir y a trabajar a esa ciudad que puede ser despiadada o maravillosamente hermosa. Allí lo pasé muy bien. Esos casi veinte años fueron de mucha producción y desafíos.

- ¿Extrañás algo de Buenos Aires o de Rosario, tu ciudad natal?
- No extraño absolutamente nada de Buenos Aires. De Rosario tampoco. Algunos me preguntan ¿encontraste tu lugar en el mundo?... no lo sé. Por ahora y aquí, estamos bien. Mañana veremos. Nada es para siempre.

- Cómo se dio esto de irte a vivir a San Marcos?
- A este pueblo venimos a veranear desde hace más de 25 años. Lo conocimos por una etiqueta de un frasco de miel. Hace 18 que nos hicimos una casa grande. Debo reconocer que en Buenos Aires no llegamos a estar mal. Nos fuimos cuando intuimos que la cosa se iba a ir poniendo más espesa, especialmente en materia de medios donde laburar con cierta soltura. Así que durante el 2003, último año de un programa que duró tres y se llamó En la vereda por radio Municipal gestión (Juan Alberto) Badía, fuimos cerrando puertitas prolijamente, vendimos nuestra casa, cochera y otro departamento donde funcionaba el estudio de grabación. Cuando llegamos, en enero de 2004, compramos los terrenos circundantes con la idea de construir una hostería. Primero estuvimos seis meses tomando mate y mirando las sierras, admirados del cambio de vida, de no tener que levantarte temprano, bañarte y leer los diarios para ir a la radio. Lo disfrutamos mucho. Las chicas empezaron sus escuelas y nosotros, después de tanto mate, decidimos ponernos en marcha y en el transcurso de un año y medio se levantó la hostería que está funcionando ya desde hace tres años. Se llama La Merced y es hermosísima.

- ¿Por qué decidiste no hacer más el programa en radio Municipal?
- El programa que hacíamos duró tres años. Para un programa diario está bien como extensión en el tiempo. Creo que uno no debe eternizarse en un medio, en un horario fijo. Me da la sensación de claustrofobia. Siempre me gustaron los cambios. Son revitalizadores. Después de tres años, todos los días, cuatro o cinco horas, comenzás a escucharte decir las mismas cosas repetidas una y otra vez. Listo. Es hora de levantar el culo del sillón y buscar otros horizontes.

-¿Te considerás un rebelde de los medios?
- Quizás sea esta característica la que me rotule como rebelde. Por otra parte no soy de negociar demasiado nada. Recuerdo algunas discusiones feroces con el director de Radio Rivadavia, en las que yo terminaba gritándole: está bien, hacé vos el programa... cuando no me necesiten más en esta radio, hago mi bolso y me voy a casa. Así y todo, él parecía ser uno de esos tipos que respetan más al que los enfrenta que al genuflexo. Estuve tres años en el horario que había dejado Antonio Carrizo cuando decidió irse. Tengo la certeza de que lo que más genera esta cuestión de supuesta rebeldía, es mi forma de expresión. Esto de pensar las cosas en voz alta, ir y venir dialécticamente con la imaginación. Decir y desdecir... Pienso que este sistema es mas honesto con el oyente, más genuino.

- Sos un hombre de radio pero trabajaste también en televisión…
- Hice poco en televisión. Es un medio en el que tenés la sensación es estar actuando permanentemente. La única condición que me impuse para trabajar en ese medio, fue hacer algo que no me hiciese poner colorado. Algo que pudiese sentarme a ver con mis hijas, sintiéndome orgulloso de ese trabajo. Quizás por eso hice tan poco. Lo que hice, me gustó. Obviamente la radio es el medio en el que me desenvuelvo más libre y suelto. Creo que tiene menos condicionamientos. Desde el punto de vista de los empresarios, produce menos dinero que otros medios y eso, creo que es lo que la mantiene a salvo de tanta dentellada.

- Una vez dijiste que los medios de Buenos Aires son los que instalan los temas y hablaste de monopolización de los medios...
- Uno de los tantos motivos del alejamiento de Buenos Aires, fue percibir la generación de un pensamiento único en casi todos los medios. El crecimiento desmesurado del poder del multimedio Clarín, fijando los contenidos y la agenda del día del resto de los canales, radios y diarios, me hizo tomar conciencia del peligro de esta situación. No como trabajador, sino como simple ciudadano sometido a los designios de esta corporación. Veinticinco años de democracia de baja intensidad no lograron cambiar este statu quo. 300 diputados y 150 senadores no pudieron con los intereses de los medios. El único artículo que se reformó, fue el 45, que le impedía a Clarín tener otros medios de comunicación. Me duele reconocer que esa ley, firmada por la dictadura, tenía un artículo antimonopólico y que la supuesta democracia lo reformó para que el grupo Clarín se apoderase de la comunicación en este país.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

lunes, 20 de octubre de 2008

"No entendimos los mensajes que Perón nos iba marcando"

Entrevista al ex líder montonero Dante Gullo


Juan Carlos Dante Gullo es licenciado en Sociología y diputado nacional por el Frente para la Victoria. Nació el 8 de junio de 1947 y es padre de cuatro hijos: Juan Ernesto, Emiliano, Carlos y Salvador.
Militante político desde que tenía quince años, cuando comenzó trabajando en grupos de solidaridad en villas y barrios obreros llegó a ser uno de los máximos dirigentes de la Juventud Peronista ( JP) en los años ’70.
“El Canca”, sobrenombre que lleva desde la época de militancia en la organización Montoneros fue uno de los responsables de la campaña “Luche y Vuelve” que culminó con el retorno al país de Juan Domingo Perón el 17 de noviembre de 1972, después de casi 18 años de exilio.
En abril de 1975 es detenido y permanece preso por más de 8 años, hasta el advenimiento de la democracia en 1983. Al poco tiempo de estar preso, su madre, Ángela Aieta de Gullo es detenida y desaparecida junto a uno de los hermanos de Dante, Salvador.
Por estos días, a partir de la aparición del libro Operación Traviata del periodista Ceferino Reato sobre el asesinato del líder sindical José Ignacio Rucci, su nombre y sus declaraciones han circulado por los medios, ya que el “Canca” Gullo ha sido uno de los protagonistas de esos años turbulentos en nuestro país.
Sobre el libro Operación Traviata, Gullo sostiene: “ojalá que haya muchas plumas y muchos libros que signifiquen no solo revisar nuestro pasado reciente, sino además hacer de la historia un estudio, una reflexión y obviamente un aprendizaje constante. En este caso, tanto la familia de José Ignacio Rucci como muchos dirigentes gremiales, tienen todas las prerrogativas y las posibilidades no solo de ir a la justicia sino de reivindicar la figura de José Ignacio Rucci. Hay dos palabras, verdad y justicia que son un patrimonio de toda la sociedad”

- En esta época existe una revisión de los años ’70, ¿lo ve positivo?
- Sí, yo creo que todo lo que sea apertura hacia lo que es revisar no solo los ’70, todo el peronismo y no solo el peronismo, todo el marco de problemática con tradiciones políticas, sociales y económicas de nuestra sociedad es positivo.

- ¿Cómo fue ese 25 de septiembre de 1973, el día del asesinato de Rucci?
- Ese día yo iba a reunirme nada más ni nada menos que con el general Juan Domingo Perón, después de dos días de un triunfo tan determinante como el que habíamos vivido el domingo, era un martes. Estoy en un jardín de invierno que era una casa detrás de lo que era la originaria de Gaspar Campos, (en Vicente López, provincia de Buenos Aires) estoy con Isabel y en un momento determinado aparece el jefe de la custodia Juan Esquer y anuncia que algo había pasado. Isabel se conmovió, se levantó, un pocillo se cae, grita ¿qué pasó?... el general (pensando que le había sucedido algo a Perón) Esquer dice: no… hubo un atentado, todavía no sabemos nada, pero parece que es una situación grave. Bueno, cuando yo salgo de Gaspar Campos ahí intercambio algunas palabras con el General y yo me voy con la convicción y el análisis de que el atentado había sido de la CIA, que era una provocación. Decir esto en esos momentos no era una cosa estúpida porque además veníamos de una semana donde se había generado y provocado el golpe de Chile y obviamente el asesinato de Salvador Allende, estábamos todos además muy hipersensibilizados con esto.

- Muchos dirigentes montoneros sostienen, hoy día, que fue una gran equivocación el asesinato de Rucci. ¿Hubo dirigentes que pensaron lo mismo, inmediatamente después del atentado?
- No, porque el contexto post atentado a Rucci era que, primero la organización no se hizo nunca cargo, después había versiones de distinto tipo y se vivió toda una suerte de convulsión donde nadie sabía quién era quién o quién había sido, no era vox populi.

- Después de la muerte de Perón, usted y otros dirigentes montoneros se reunieron con Ricardo Balbín, ¿cómo sucedió?
- La búsqueda de mantener un gran espacio que le de sustento -en ese momento- a la democracia era una búsqueda permanente, nosotros lo hacíamos. Yo incluso, muerto Perón hice declaraciones que decían: “ante la grave situación que nos encontramos yo creo que Balbín tendría que ser una suerte de Primer Ministro”. Digo una suerte porque la figura de Primer Ministro no estaba reflejada en nuestras normas constitucionales. El día 3 de julio yo provoco que se reúnan (Mario) Firmenich y el doctor Balbín. Yo no estoy en la reunión, porque Balbín me dijo “vení, quedate” y le digo “no doctor, porque yo con usted hablo, hablen ustedes”.

- ¿Cómo evalúa la participación de Firmenich, dentro de la organización Montoneros, en esos momentos tan convulsionados de la década del ’70?
- Yo creo que tanto la organización Montoneros y la conducción, como otros actores importantes, en esos momentos, estaban sobrepasados y ya estábamos en tiempo de descuento. Había que edificar una democracia sustentada, con capacidad de generar un amplio frente, con capacidad de darle posibilidad a canales de participación y protagonismo del pueblo, pero no era una tarea fácil. Porque además el mundo cambiaba, sobre todo el contexto latinoamericano, se estaba aplicando la doctrina de seguridad nacional, esto yo lo había hablado con Perón antes de su muerte, el mundo cambiaba. Perón veía que más allá de que Mao decía que “el Imperialismo era un tigre de papel” y más allá de lo que era la guerra en Vietnam, acá se estaba provocando una nueva situación económica en el mundo producto de los petrodólares, que iba a generar un nuevo ciclo de dominación basado en el poder económico-financiero y de los grandes centros mundiales.

- Viéndolo a la distancia tantos años después, ¿cómo evalúa la actuación de Montoneros?
- Yo creo que nosotros no entendimos los mensajes que Perón iba marcando. Perón en un determinado momento post 11 de marzo (de 1973, día que gana las elecciones presidenciales Héctor Cámpora) lanza que había llegado el momento de transmutar la fuerza generadora de violencia en fuerza generadora de reconstrucción, trabajo y paz. Y nos tendríamos que haber abocado todos a eso.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

domingo, 12 de octubre de 2008

"A Rucci lo mató un comando montonero"

Ceferino Reato es periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Es autor del libro Operación Traviata, una investigación periodística sobre el asesinato del líder sindical José Ignacio Rucci, ocurrido el 25 de septiembre de 1973. Este es su tercer libro; los anteriores son El gran botín, el negocio de gobernar en la Capital (Sudamericana, 1996) y Lula, la izquierda al diván (Catálogos, 2006).
Operación Traviata, editado por Sudamericana, se lanzó el 1 de septiembre y es un éxito editorial con más de 35 mil ejemplares vendidos.
Reato nació en Crespo el 10 de octubre de 1961, es casado y tiene una hija de tres años y medio. En marzo de 1980 viajó a Buenos Aires con el objetivo de estudiar y trabajar. “Pero voy siempre a Crespo que sigue siendo mi ciudad y donde tengo mis parientes. Cada vez que cruzo el puente, siento que entro a mi tierra. Estoy muy orgulloso de mi entrerrianía”. Sobre sus recuerdos de los años ’70, una época muy convulsionada de nuestro país, Ceferino afirma que son “muy pocos, vivía en Crespo, a 40 kilómetros de Paraná. Del atentado contra Rucci no me acuerdo absolutamente nada. Tenía 11 años. Sí me acuerdo del retorno definitivo de Perón, pero no mucho: la televisión era en blanco y negro y las transmisiones llegaban muy mal a la ciudad donde vivía. Me interesaban otras cosas: el fútbol, la escuela...”
Ceferino Reato comenzó en el periodismo como redactor de Política Nacional en el diario Clarín entre 1991 y 1997. Trabajó como asesor de prensa en la embajada argentina ante El Vaticano y en la agencia de noticias ANSA. Actualmente es periodista en el diario Perfil.
- ¿Qué te motivó a escribir sobre el asesinato de José Ignacio Rucci?
- Viví cuatro años en Brasil, entre 2001 y 2005, trabajando como corresponsal para la agencia internacional de noticias ANSA. Volví en julio de 2005 y comencé a trabajar en el periódico Perfil. Quería hacer un libro sobre algún hecho histórico pero que también me sirviera para recuperar un poco lo que había perdido al vivir fuera del país. Estaba muy en auge la revisión de los 70, impulsada por el gobierno de Néstor Kirchner, que se postulaba como el heredero de los jóvenes de aquella generación. Elegí un tema fuerte, el asesinato del ex líder de la CGT y hombre de confianza de Juan Perón, sobre el que no se había escrito casi nada. Me pareció muy interesante; tenía que parecerme interesante porque de otra manera no lo habría escrito ya que recién conseguí editorial luego de que lo terminé. Es decir, no contaba con editorial ni con el dinero de anticipo que usualmente se paga y que sirve como aliciente para encarar y terminar un libro de estas características.
- ¿Cuánto tiempo te llevó la investigación y la escritura del libro?
- Comencé las entrevistas en diciembre de 2006. Para junio de 2007, ya las había finalizado, en buena parte. El 14 de junio de 2007 comencé a escribirlo y me llevó cuatro meses de escritura. Recién en febrero de este año firmé contrato con la editorial Sudamericana.
- ¿Con qué dificultades te encontraste en la etapa de investigación?
- Algunos encumbrados personajes del kirchnerismo, como el diputado Carlos Kunkel, no quisieron recibirme. Pero, otros sí lo hicieron. Encontré también mucha predisposición de ex montoneros que no participan de este gobierno y quienes no estaban contentos con esta visión edulcorada que impulsa el gobierno nacional sobre Montoneros y otras organizaciones político militares.
- ¿Según tu investigación los responsables del asesinato de Rucci fue la organización Montoneros?
- Según mi investigación, fue un comando montonero el que mató a Rucci. La Triple A no tuvo nada que ver porque recién comenzó sus nefastas actividades dos meses después, el 21 de noviembre de 1973, con el atentado contra el senador radical Solari Irigoyen.
- ¿La intención fue una demostración de fuerza hacia Perón o tuvo otro trasfondo?
- Fue una demostración de fuerza hacia Perón, un mensaje político del tipo: "Sin nosotros no vas a poder gobernar". Montoneros veía que Perón se les estaba corriendo hacia la derecha y quisieron apretarlo. También fue para calmar la irritación de sus bases por la matanza en Ezeiza, el 20 de junio de 1973.
- ¿Los responsables del asesinato fue Montoneros como organización ó un grupo perteneciente a Montoneros con autonomía propia?
- Creo, según los indicios recogidos, que el atentado fue realizado con al menos el conocimiento de la nueva cúpula de Montoneros, que para la fecha había completado su fusión con las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Pero, la cúpula nunca reconoció la autoría del atentado. En realidad, según mis fuentes, nunca pensaron en hacerlo porque pensaban que, si lo hacían, a Perón no lo quedaría otra jugada que aplastarlos. Y ellos querían que este atentado les reabriera las puertas a una negociación con Perón.
- ¿Esperabas que tu libro tuviera la repercusión que ha tenido y sirviera como disparador para abrir un debate en los medios y en la sociedad sobre la historia tan convulsionada de los '70?
- No, no lo esperaba. Me sorprendió: se ve que era algo que estaba en el aire. Al terminar el libro, me di cuenta de que era bueno; quedé satisfecho, pero nunca esperé esta repercusión. Es algo que me excede porque los libros son así: una vez publicados, se te escapan, y cada persona o cada sector pasa a darle la interpretación o el uso que crea conveniente. En ese uso, vuelve a interpretarlos, a veces más allá de las intenciones del autor. Pero, eso no es algo que me preocupe mucho. Los libros son así y es bueno que lo sean.
- ¿Creés que es positivo un debate en la sociedad sobre los hechos ocurridos en los años '70?
- Sí, claro. Si la gente se involucra es porque es bueno. Los debates siempre son útiles, cuando son realizados con altura y respetando la legitimidad de cada persona o de cada grupo para intervenir en ellos.
- La familia de Rucci te propuso como testigo porque creen que hay cosas muy importantes que vos podés aportar a la causa…
- Declaré el jueves 2 de octubre durante casi tres horas. Creo que no aporté mucho porque todos los datos que tenía los incluí en el libro. Mi único interés ha sido estrictamente periodístico: la verdad o acercarme lo máximo posible a la verdad sobre un hecho ocurrido hace 35 años. Hice un uso moderado de fuentes anónimas, cuando comprendí que, de otro modo, la gente, y los hijos de Rucci en primer lugar, nunca llegarían a saber quiénes, cómo y por qué lo habían matado. Son fuentes que tuvieron una participación en el operativo y que pidieron permanecer en el anonimato. Frente al juez Ariel Lijo me amparé en el secreto periodístico, que está protegido incluso en la Constitución.
- ¿Te gusta trabajar en periodismo de investigación? ¿Es difícil hacer periodismo de investigación en nuestro país?
- Creo que todo buen periodismo es siempre periodismo de investigación: una simple crónica es periodismo de investigación. No hay que hacerla muy complicada. En Argentina, creo que es fácil hacer periodismo de investigación. Sólo hay que decidir primero si uno quiere ser periodista o quiere utilizar el rol de periodismo para hacer otras cosas como, por ejemplo, defender una idea política o una posición política. Cuando uno quiere defender una posición política o una idea política, lo mejor es dedicarse a la política, que es una profesión muy noble. Pero, el periodismo es otra cosa: es pensar sólo en que el lector, el oyente o el televidente merece y necesita la información más completa y verídica.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com