domingo, 18 de mayo de 2008

¿Crisis?.¿Qué crisis?


¿Crisis?.¿Qué crisis?. Parece que se pregunta el gobierno. Por supuesto que el gobierno son Cristina y Néstor, ¿quienes sino?. Uno al gobierno, el otro al poder. Se acuerda ¿no? como en el ’73: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. Bueno, acá es igual. Néstor Kirchner aguantó poco tiempo siendo ex presidente o podríamos llamarlo “primer caballero” y salió -como líder del PJ- al ruedo restándole, de esta forma, el poco o mucho poder que podía tener su esposa. En estos últimos días, desde la aparición de Kirchner en un acto público en Ezeiza, todo el mundo está pendiente de su humor, de qué hace en Olivos, de a quién atiende por teléfono y a quién no, de su relación conflictiva con algunos gobernadores, etc. En pocas palabras, el protagonista ahora -y más con la crisis del campo en el medio- es, sin dudas, el ex presidente Néstor Kirchner. Cristina Fernández ha pasado a un segundo plano. Fuentes cercanas al matrimonio sostienen que cuando hay que tomar una decisión, a la presidenta se la escucha y Cristina hace valer su investidura presidencial, pero la última palabra la tiene Néstor Kirchner y se hace lo que él dice, ni más ni menos. Esto, lógicamente, no le hace nada bien a la imagen de la Presidenta de la Nación.
Si hasta Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, que anduvo dando vueltas por cuanto programa político de televisión la invitó, acusó a Kirchner de “estar boicoteando la presidencia de su propia esposa” y de querer “poner de rodillas al pueblo”. Carrió –quién no duda a veces de sobreactuar frente a las cámaras de televisión- calificó además al líder del PJ de ser “el faraón desnudo que envía sus generales a la batalla”, haciendo referencia a la forma de actuar de Kirchner frente al conflicto del campo.
Cabe preguntarse, después del acto del miércoles pasado cuando asumió oficialmente como presidente del PJ, cómo seguirá actuando Néstor Kirchner.

La nueva estrategia
Esta última protesta de los ruralistas ha encontrado en el gobierno un cambio de estrategia mediática. ¿Cuál?. El “silencio stampa”. Si bien una característica de este gobierno ha sido la confrontación, en el tema puntual del conflicto con las entidades del campo, en esta segunda parte luego de la tregua de un mes, el cambio de estrategia es notable. Las escasas declaraciones de algunos funcionarios son muy cuidadas y si bien sientan una posición firme, evitan la confrontación.
¿A qué se debe este cambio de estrategia?. En el seno del gobierno hay dos posturas claras: una que afirma que es conveniente retrotraer la situación a principios de marzo, reconocer algunas “desprolijidades” y pacificar el ambiente para no tener que asumir un mayor costo político. La otra postura es la que sostiene que el costo político ya se pagó –cacelorazo mediante- y que no hay que retroceder ni un paso. Esta segunda postura es la que aconseja esta nueva estrategia y apuesta a que el “silencio stampa” hará que el conflicto se vaya diluyendo en la opinión pública.
El miércoles pasado, en el acto realizado en la cancha de Almagro en la localidad bonaerense de José Ingenieros, todos esperaban las palabras del flamante presidente del Justicialismo para ver y escuchar en qué términos se referiría al conflicto con el campo. Pero tanto el “primer caballero” como la presidenta, no se desviaron de esta nueva estrategia basada en el silencio. En el acto, Cristina optó por convocar a todos los sectores de la sociedad “sin rencores y sin antagonismos” a una mesa de diálogo y pidió terminar “con los enfrentamientos, que solo sirven para dividir”. Los grandes ausentes en el acto fueron quienes están en la vereda de enfrente: Eduardo Duhalde, Carlos Menem, Carlos Reutemann, Jorge Busti, Alfredo Rodríguez Saa, Juan Schiaretti, entre otros.

El protagonismo de Gualeguaychú
En el contexto del conflicto ruralista, el único lugar que trae serios dolores de cabeza al gobierno es Gualeguaychú. El piquete encabezado por Alfredo De Angeli es el bastión de la protesta del campo, debido a su exposición mediática y a la importancia estratégica que tiene la ruta 14.
La popularidad que ha obtenido De Angeli en el conflicto es tan destacada que por momentos opaca a Eduardo Buzzi, el presidente de la Federación Agraria Argentina -de la que De Angeli es miembro- y hasta algunos rumores que circulan, hablan de algunas rispideces entre ambos, por esta causa.
Gualeguaychú ha sido para el gobierno una piedra en el zapato. Primero con la protesta y el corte del puente internacional que une esa ciudad con Fray Bentos, en el marco del reclamo sobre la instalación de las papeleras. Ahora vuelve a ser el centro de la protesta de los ruralistas. “Son bravos los de Gualeguaychú” es el comentario generalizado de la gente. Y está bien esa bravura si se encausa debidamente. Por estos días, De Angeli ha pronunciado enfervorizados discursos a quienes concurren a los piquetes, con duras críticas hacia el gobierno. Esto no es una novedad porque el líder de Federación Agraria se ha caracterizado siempre por “hablarle” al gobierno en un lenguaje muy llano y esto es bien visto por la opinión pública. Pero deberá tener cuidado, ya que algunas veces, en los discursos que realiza en sus apariciones públicas, transita por la delgada línea que separa el ferviente y legítimo reclamo de la provocación insustancial. Ya hay quienes comparan a Alfredo De Angeli con Luis D’Elía, calificándolo como “el D’Elía del campo”. Esto no les hace nada bien, ni al propio De Angeli, ni a la entidad que él representa, ni a los hombres de campo en general. El proceder equilibrado de los dirigentes ruralistas hará que esta protesta legítima siga teniendo a la opinión pública de su lado.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com
Publicado en Gualeguay al día el 18/05/08

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