viernes, 26 de septiembre de 2008

"Soy mejor escritor que periodista, y mejor humorista que escritor"

Hernán Casciari (37) nació en Mercedes, Buenos Aires. Es periodista y escritor. En 1991 recibió el 1º Premio de Novela en la Bienal de Arte de Buenos Aires, con la novela “Subir de espaldas la vida” y el premio Juan Rulfo, en 1998 con el relato “Ropa sucia”. Desde el año 2000 vive en Barcelona donde escribió cuatro blogonovelas, las primeras escritas en Internet: “Diario de una mujer gorda”, “El diario de Letizia Ortiz”, “Mi querido Klikowsky” y “Juan Dámaso, vidente”.
La blogonovela es una novela editada a través de un blog en Internet, al estilo de un folletín. Una de las características principales de la blogonovela es que está escrita en primera persona, reproduciendo así la forma más difundida de escribir en un blog.
La blogonovela “Diario de una mujer gorda” se transformó en un libro bajo el título “Más respeto que soy tu madre”. Se tradujo a varios idiomas y en enero de 2009 Antonio Gasalla protagonizará la adaptación, en una obra de teatro que estará en cartel en el Metropolitan.
En febrero de 2004, Casciari comenzó a escribir artículos, ensayos y piezas cortas de ficción en otro de sus blog: “Orsai” (http://www.orsai.es/). Los textos publicados en este blog, visitado por una gran cantidad de lectores de todo el mundo, dan origen a dos libros: “España, perdiste” y “España, decí alpiste” que salió a la venta en nuestro país en el mes de Julio, editado por Sudamericana.
Hernán Casciari vivió en Mercedes hasta los 17 años cuando se muda a Buenos Aires con la intención de estudiar periodismo. “En 1988 me mudé a Buenos Aires, pero sin acabar el secundario. Estaba más ansioso por irme de Mercedes que por dar las cinco materias que me quedaban para recibir el diploma. Me matriculé en el Círculo de la Prensa para estudiar periodismo, pero solamente pude cursar seis meses. Un día descubrieron que yo tardaba demasiado en entregar mis certificados de estudios completos, y me dijeron adiós. Me fui contento, porque no me estaba gustando mucho estudiar periodismo.”
- Cómo fue esa experiencia de vivir solo, salir de la casa de tus padres, de ese primer exilio…
- Alquilamos una pieza con el Chiri (amigo de la infancia y protagonista de muchas de las historias que escribe Casciari) en la casa de una vieja, y nos dedicamos a disfrutar de la falta de padres. Fue una época económica complicada, por culpa de Alfonsín y de la hiperinflación. Pasábamos alguna angustia alimenticia. Adelgacé. Tengo buenos recuerdos de ese tiempo.
- ¿Qué hacías en Buenos Aires?
- Vendía filtros de aceite para autos, en Warnes. También vendí bolsas de plástico en supermercados. Y durante un tiempo corto, salame quintero mercedino. Cuando no había plata, vendía algunos libros en los puestos de usados de Plaza Italia. Libros muy queridos, eso me dolía un poco.
- ¿Cómo te definís? Periodista, escritor, las dos cosas…
- No soy buen periodista, aunque trabajé años en eso. No soy bueno porque soy perezoso, y siempre preferí mentir, o imaginar, a buscar la verdad. La verdad me aburre muchísimo. Soy mejor escritor que periodista, y mejor humorista que escritor.
Sobre la relación con los lectores de sus blogs y los comentarios que éstos escriben en ellos, Casciari sostiene: “Me importa muchísimo la interacción con los lectores. Conocer sus reacciones ante un texto, sus conversaciones, y debates en torno a una historia, es una de las enormes ventajas de escribir on line”.
Cuando se le pregunta sobre si, de haberse quedado en Argentina, su éxito hubiera sido el mismo, Casciari afirma que “mi carrera no es fruto de España sino de otra tierra, más grande, que se llama Internet. Supongo que hubiera accedido a las mismas herramientas de haberme quedado en Buenos Aires. El primer capítulo de Los Bertotti (la familia protagonista en “Diario de una mujer gorda”) lo escribí en San Isidro, en un cuaderno Rivadavia, en 1998. Sospecho que los primeros pasos habrían sido idénticos: un día habría conocido el formato blog, habría copiado textual ese capítulo, y le habría dado a la tecla de Enviar, sin esperanza ni tragedia, porque sí.
- ¿Escribís cosas que no salen en ningún blog?
- Estoy escribiendo una novela que no va a pasar por los carriles digitales, sino que irá directamente a papel, el año que viene.


Hernán, Cristina y la pequeña Nina
Hernán está casado -su esposa Cristina es española- y es padre de una niña –Nina- de cuatro años. “Desde que nació Nina, no hubo un solo día que no me haya despertado con la cara contenta”, dice Casciari.
- ¿Conociste a tu esposa en Argentina o en España?
- La conocí en París, una vuelta que fui a recibir el premio literario Juan Rulfo, y me quedé con ella en Barcelona. No tenía pensado quedarme, pero uno nunca hace lo que tiene pensado.
- ¿Te fuiste directo a Barcelona o anduviste por otros lugares?
- De París, derecho a Barcelona.
- ¿Sos de leer mucho? ¿Qué cosas leés, qué autores?
- Sí, leo como un loco enfermo. Pero sin orden, sin lógica. No leí a los clásicos, por ejemplo, a excepción de Dostoieski, que por alguna razón me gusta mucho. En general leo literatura en castellano original, difícilmente una traducción. Lo que más me gustó siempre: Borges. Lo que más me gusta ahora: Vila-Matas, Bolaño.
- ¿Te encontrás con argentinos en Barcelona?
- Cuando vienen a mi casa. No soy muy de salir.
- ¿Qué diferencias encontrás entre la vida y la cultura española y la de Argentina?
- Hay muchas. Escribí un libro entero sobre el asunto. Para empezar, hay muchas diferencias gastronómicas (ellos no comprenden la pasión por lo dulce). Y lo que más me sorprende es la incapacidad española para entender el fútbol. No tienen la menor idea de fútbol, piensan que es un espectáculo de colores, y van a la cancha a hacer la ola.
- Tengo amigos en Galicia que dicen que a los argentinos nos quieren en España, ¿qué opinás?
- Opino que a las mujeres les gusta mucho el acento, que se excitan bastante con el tonito, y eso nos da ciertas ventajas sociales. A nivel profesional, tenemos como un valor agregado también, por encima de otras "razas" de latinoamérica.
- ¿Volverías a vivir a Argentina?
- No puedo, mi mujer es muy patriota y no me deja. “No me deja”, en el sentido de que no se quiere divorciar. Cristina no podría vivir en Argentina, no por temas económicos ni de inseguridad, sino porque le gusta muchísimo vivir en Catalunya. Muchísimo más que a mí vivir en Argentina. En patriotismo me saca tres cabezas, así que la cosa está complicada.
- Cómo viste el país cuando viniste a presentar tu libro, después de unos cuantos años de ausencia.
- Igual que siempre: un quilombo. Un quilombo precioso.
- ¿Estás informado de las cosas que pasan aquí?
- Sé absolutamente todo lo que pasa. El hombre puede vivir en cualquier parte, pero siempre será del sitio de donde necesita saber cosas. Y yo me despierto, me hago el mate, y miro los diarios argentinos.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com
Foto: gentileza Hernán Casciari

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, el final es una verdad propia de Don Laguna, reconozco el origen de la gente por 2 cosas: 1 - qué noticias les interesan y 2 - en qué idioma insultan cuando se enojan.
Maravilloso el Gordo!

Rafa²,

Claudio Carraud dijo...

Rafa: a qué no sabés quienes son mis amigos de Galicia?..
Abrazo