sábado, 1 de noviembre de 2008

Y un día...volvió Diego



Me gusta el fútbol, soy -podríamos decir- un amante del deporte del balompié, que antigüedad ¿no?
Creo que el fútbol, bien jugado, es uno de los deportes más lindos. Y como me gusta el fútbol, soy hincha de fútbol aunque no fanático. Lo era, pero perdí hace unos cuantos años atrás mi fanatismo cuando caí en la cuenta de que en el fútbol profesional de hoy, se juegan muchos más intereses económicos que deportivos. Igualmente, ese punto en cuestión no me impide ponerme nervioso, maldecir y disfrutar de un partido, aunque no con la intensidad con la que lo hacía cuando era un fanático del fútbol, cómo cualquier argentino.
Los argentinos sentimos, maldecimos y disfrutamos del fútbol, somos así. Y como nuestra idiosincrasia, la que nos viene de nuestros antepasados, en general italianos y españoles, es ser enérgicos, verborrágicos, discutidores y apasionados, nos tomamos el fútbol muy en serio, demasiado en serio, olvidándonos que no nos va la vida en el fútbol, sino que es un juego o un deporte, nada más. Y hablamos, opinamos y discutimos, con todas las energías.
Entonces, con todas esas energías hablamos sobre la Selección Argentina, el equipo de todos, el que nos representa futbolísticamente, y por el cual sufrimos, maldecimos, aplaudimos y disfrutamos.
Y la Selección Argentina está en boca de todos. Todos opinamos: que Basile, que Maradona, que Bianchi, que Russo. Todos opinamos, porque si de algo sabemos los argentinos es de fútbol…ah… y de política. Pero hablemos de fútbol. Todos opinamos: periodistas, locutores, comunicadores, jugadores, ex jugadores, todos, absolutamente todos. Que el técnico de la Selección tiene que ser Bianchi; que Maradona no sabe; que Bianchi sabe como conducir los grupos; que Maradona no tiene autoridad; que peor que con Basile no vamos a estar; que mirá Bielsa como acá no lo quería nadie en la Selección y ahora mirá que bien que juega Chile…
Y así, en los medios, se plantea también la polémica. Y pasan minutos y minutos de radio y televisión, centímetros y centímetros de papel, hablando de si Maradona se merece o no estar en la Selección Nacional. Y la pregunta queda flotando en el aire: ¿se merece Diego Armando Maradona ser el director técnico de la Selección Argentina? Y la respuesta totalmente subjetiva, mi respuesta… es sí. Se lo merece, sin dudas que se lo merece.
Conozco muy pocos jugadores – por no decir, casi ninguno- que haya estado en la Selección Argentina de fútbol y que sienta el orgullo, la pasión y tenga la entrega que tuvo Diego Maradona.
Los argentinos tenemos la suerte de poder decir que hemos tenido al mejor jugador de la historia del fútbol mundial. Pregunto: ¿es poca cosa? Y si Maradona ha sido el mejor jugador en la historia del fútbol mundial ¿no se merece una oportunidad para dirigir el seleccionado argentino?
A los que piensan que Maradona no tiene la autoridad suficiente para manejar un equipo donde hay jugadores con fama mundial y millones de dólares o euros en sus cuentas bancarias, pregunto: ¿existe alguien que haya jugado mejor al fútbol y sea capaz de poner en duda algo que pueda llegar a decir Maradona? Creo que la respuesta es simple: nadie.
A los que esgrimen el argumento de que Maradona fracasó dos veces como técnico, (en Mandiyú de Corrientes y en Racing Club de Avellaneda) cabe recordar que ninguno de los dos clubes tenía -en ese momento- un plantel discretamente competitivo. Y cabe destacar a los defensores de Carlos Bianchi -al que considero un excelente técnico- que él también tuvo dos fracasos (en la Roma de Italia y en el Atlético de Madrid). Los fracasos, muchas veces, no tienen un significado determinante.
A los que dicen y argumentan que Maradona no tiene la autoridad suficiente por los consabidos problemas de drogas que tuvo durante años, sería bueno recordar que Sergio Batista, actual técnico de la Selección Juvenil, también los tuvo y absolutamente nadie salió a ventilar ese tema porque, por supuesto, no correspondía, como no corresponde ahora.
Maradona cometió muchos errores en su vida, mayores o menores a los que cometemos todos, pero ¿por eso hay que estigmatizarlo y restarle méritos para dirigir la selección? Maradona se ha ganado el derecho a una oportunidad en la Selección Nacional a la que tanto le dio, de la que fue capitán, con la que se consagró campeón y sub campeón del mundo, en la que hizo el mejor gol que se haya hecho en la historia de los mundiales (a Inglaterra en el mundial de México ’86) Por todo y ¿qué más? bienvenido Diego Maradona a la Selección. Ojalá le vaya muy bien y si no sucede eso, habrá tenido lo que más quiere en este momento, habrá tenido su oportunidad, la que sin lugar a dudas se merece, aunque más no sea por la historia y por los momentos de gloria que él supo darnos a todos los argentinos.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo la esperanza de que haga las cosas bien. Me parece que es más esperanza que confianza, pero algo es algo.