domingo, 22 de marzo de 2009

El marzo kirchnerista

El adelanto de los comicios

Marzo es un mes especial en la gestión kirchnerista. Es evidente que este mes tiene connotaciones particulares para el matrimonio presidencial.

Hace exactamente un año comenzaba la puja entre el campo y el gobierno nacional por la Resolución 125 cuya consecuencia fue una crisis -que si bien tuvo una tregua, no un final- tiene visos de comenzar nuevamente por estos días.

Como para honrar el primer aniversario de esa controversia que puso al país al borde de un caos, en esta semana, el matrimonio presidencial tomó la decisión de mandar al Congreso Nacional un proyecto de ley para modificar la fecha de las elecciones y llevarlas a cabo el próximo 28 de junio.

Parecería ser que al presidente del Partido Justicialista (PJ), cuando los calores agobiantes merman un poco, como pasa en este mes, le encanta sentir el calor de la lucha política, el fragor de las batallas mediáticas, las refriegas con sus adversarios políticos y no políticos, o todo aquel que se le ponga enfrente.

Néstor Kirchner no puede permanecer en un segundo plano, no logra quedarse en silencio en Olivos. Le gusta hablar, le gusta salir en los medios, le encanta confrontar, le alimenta el ego saberse protagonista de la realidad política actual.

Al ex presidente le agrada sentirse parte de la realidad política argentina. Pero, ¿le preocupa esa misma realidad política de la que él se piensa protagonista? Algo es evidente: sabe; es consciente que las cosas no le están yendo bien al gobierno encabezado por su esposa, y que el contexto de crisis mundial no es favorable. Por eso la decisión de adelantar las elecciones. Sabe; es consciente que el resultado electoral en octubre puede ser uno de los golpes más duros que reciba el gobierno después del rechazo de la Resolución 125 y del “voto no positivo” de Cobos en la Cámara de Senadores. Adelantando las elecciones, las posibilidades de que eso no pase, aumenta. Es decir, es un mero tema de probabilidades.

Es probable que si las elecciones son en junio -aprovechando una oposición casi inexistente, fracturada, diseminada en pequeñas porciones- el resultado sea favorable al gobierno. Si por el contrario, las elecciones son tal cual lo previsto según los tiempos que manda la ley, en una época donde la crisis mundial y el conflicto agropecuario son inevitables, es altamente probable que el resultado sea adverso.

Néstor Kirchner criticó a quienes se oponen al proyecto del Ejecutivo para adelantar las elecciones. Lo hizo en un acto que se realizó el martes por la noche en el Club Atenas de La Plata. “Cuando una provincia adelanta una elección está bien y es saludable para la democracia, como Catamarca o la Capital Federal, pero cuando lo hace Cristina es un acto antidemocrático”, dijo el líder de PJ.

En el mismo discurso arremetió contra los ruralistas diciendo que “el campo debe cumplir, como corresponde, su compromiso con el Estado y agregó que “las diferencias que tenemos con esas federaciones rurales deben ser definidas el 28 de junio en las urnas”.

Finalizando el discurso el ex presidente sostuvo que “el 28 de junio se votará por la profundización del modelo, de la inclusión social, de la seguridad y del nuevo modelo de país”.

Cabría preguntarse: ¿de qué modelo está hablando Kirchner? Porque si de algo está claro es que no existe un modelo, y que la exclusión social y la inseguridad están en franco crecimiento en nuestro país. Parece que la realidad de Kirchner es diferente a la realidad del resto de los argentinos y lo demuestra cada vez que habla.

Con todo esto, hay algo que queda más que claro. La decisión de enviar al Congreso un proyecto para adelantar las elecciones es, sin lugar a dudas, un signo de debilidad. Denota, quizás, el comienzo del fin del absolutismo político del matrimonio Kirchner.

En el transcurso de esta semana, en un programa periodístico de televisión, un periodista parlamentario dejó entrever un rumor que corría por los pasillos del Congreso de la Nación: si Kirchner no sale beneficiado en las elecciones, el matrimonio comienza a “emprolijar” todo para dejar el gobierno a fin de año. La versión parece, a priori, descabellada. Pero si de algo estamos acostumbrados los argentinos es a las decisiones descabelladas de quienes nos gobiernan. Basta con recordar las declaraciones del dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, el miércoles pasado para dejar una puerta abierta a esa posibilidad. "Nosotros queremos profundizar nuestro proyecto, porque todavía no logramos la justicia social que quisiéramos, pero si no quieren, si quieren que los gobierne Cobos, ¿qué problema hay? Que Cobos y Clarín se hagan cargo del país", sostuvo el líder piquetero.

El miércoles por la noche, la Cámara de Diputados de la Nación dio el visto bueno -con 136 votos positivos- al proyecto de ley para modificar la fecha de las elecciones. La semana próxima se votará en la Cámara de Senadores. Todo hace pensar que finalmente los comicios serán el 28 de junio.

Ante este resultado, la oposición se verá obligada a mostrar rápidos reflejos para tener, a principios del mes de mayo, sus candidatos definidos. Los días que se avecinan serán, no hay dudas, de una celeridad política notable.

Lo cierto es que dentro de exactamente noventa y ocho días se sabrá si el gobierno de Cristina Fernández y Néstor Kirchner sigue teniendo el beneplácito popular de otrora.


Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

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