lunes, 20 de julio de 2009

“Houston… aquí base tranquilidad, el Águila ha alunizado”

A 40 años de la llegada del Hombre a la Luna


El Eagle había recorrido el último tramo en una suave caída gracias a la débil gravedad lunar, el terreno había resistido bien el peso del aparato y todos los sistemas funcionaban perfectamente.
En Houston eran las 15:17 del 20 de julio de 1969 y el Eagle se había posado sobre la superficie lunar.
Cinco horas y media después de alunizar, los astronautas norteamericanos estaban preparados para salir. El primero en hacerlo fue Neil Armstrong, quien mientras descendía por las escaleras activó la cámara de televisión que transmitió las imágenes que el mundo entero estaba esperando ver.
Al pisar el suelo lunar, pronunció la famosa frase:
“Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Armstrong decidió tomar fotografías del paisaje desolador y después muestras del suelo lunar.
Mientras tanto, Edwin “Buzz” Aldrin baja del Eagle y es el segundo hombre en pisar la luna. En esos momentos Aldrin habla a Houston:
- “Quizás para Neil fuera un pequeño paso, pero para mí ha sido un bonito salto”
En la base de Houston ríen, la felicidad de los hombres que han trabajado en el proyecto es inmensa.
Aldrin continúa:
- “Bonito… bonito… Una magnífica desolación”
Veinte minutos después de que Neil Armstrong (5 de agosto de 1930) bajó a la luna, lo hizo su compañero Edwin “Buzz” Aldrin (20 de enero de 1930), mientras que Michael Collins (31 de octubre de 1930) se quedó como piloto del módulo de mando “Columbia”.
El Hombre había llegado a la luna. Para Estados Unidos lo más importante es que ese Hombre es estadounidense.
Estados Unidos le ha ganado a la Unión Soviética la carrera espacial por conquistar el satélite. La bandera norteamericana es plantada por los astronautas en el suelo lunar.

Neil Armstrong
Han pasado muchos años y el primer hombre que pisó la luna está sentado en su silla mecedora en la galería de la casa de su extensa finca en Ohio, mirando el cielo estrellado en la noche de verano.
Neil Armstrong mira la luna y recuerda una imagen semejante pero vista desde la escotilla del Apolo 11. Parece tan lejano aquello. No fue fácil volver, nada fue igual después de aquel 20 de julio de 1969.
Doce hombres solamente han tenido la oportunidad de pisar el suelo lunar; desde el Apolo 11 el 20 de julio de 1969 hasta la última misión del Apolo 17 en diciembre de 1972. Sólo doce, pero la historia recordará siempre al primero: Neil Armstrong
Desde hace 40 años, los caminos de Armstrong y Aldrin se separaron cuando volvieron a la tierra.
Armstrong, un veterano piloto militar y uno de los pocos que han volado a 6.440 kilómetros por hora el X-15, el avión más rápido del mundo, abandonó la NASA en 1971.
Comenzó a trabajar como profesor en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati desde 1971 hasta 1979, y siempre rechazó en forma tajante el lugar de celebridad que le dio la Humanidad.
Desde 1982 y durante 10 años, Armstrong fue presidente del Computing Technologies for Aviation, Inc, y luego presidente de una compañía de sistemas electrónicos en Nueva York.
Aunque su carácter fue siempre introvertido, Neil Armstrong -el más evasivo de la tripulación del Apolo 11-, ha dado algunas conferencias sobre el futuro de los vuelos espaciales y aparece públicamente solo cuando se conmemora algún aniversario del viaje a la Luna.
A medida que pasaron los años, se fue volviendo cada vez más ermitaño y en 40 años, desde que el Apolo 11 llegó a luna, no ha concedido más de dos entrevistas televisivas. Es reacio a firmar autógrafos y prefiere refugiarse en su amplia finca de Lebanon, Ohio.

Edwin “Buzz” Aldrin
Por su lado, Edwin Aldrin, que tiene hoy 79 años dijo una vez en una exposición que la experiencia de llegar a la luna le cambió su espiritualidad. “Me hizo sentir la necesidad de expandir mis perspectivas” sostuvo.
En 1970 escribió el libro “Return to Earth” y cuando dejó la Nasa, a los 42 años, tres años después de haber llegado a la luna, cayó en la depresión y fue alcohólico. Según él, eso también contribuyó a la evolución de su espiritualidad. Después de salir de la adicción, se dedicó a dar conferencias sobre su experiencia lunar y escribió en 1989 otro libro titulado “Men from Earth”.
Edwin Aldrin sostiene: “si llegamos a la Luna no fue para estudiarla ni recoger muestras de su suelo, sino para aventajar a los rusos en la carrera espacial. Todo lo demás quedó en segundo plano…”.
Aldrin considera que los doce “caminantes lunares”, todos todavía con vida, son “demasiado individualistas” para trabar amistad entre ellos y que sólo vuelven a verse en las ceremonial oficiales.

Han pasado cuarenta años de un acontecimiento que marcó a la Humanidad, incluso hay quienes hablan de que la llegada del Hombre a la Luna marcará el final de la Edad Contemporánea y el nacimiento de una nueva Edad.
Después de semejante hecho, lo que cabe preguntarse es si hemos avanzado como hombres, si la Humanidad ha evolucionado -para bien- en estos cuarenta años.



Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

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