jueves, 29 de octubre de 2009

Alfonsina Storni, gran poetisa de América

La tarde de primavera cae mansa sobre el patio de la casa colonial. Los visitantes juegan, como adolescentes, para amenizar la reunión. Han elegido jugar a las prendas. Le ha tocado a Horacio tomar un reloj de cadena que pende de su mano en alto. El y Alfonsina deben besar al mismo tiempo las caras del reloj; en eso consiste la prenda. En el momento en que ella acerca los labios, Horacio –rápido de reflejos- quita el reloj y sus labios se encuentran en un beso. Los otros invitados, espectadores de turno, sonríen y festejan la ocurrencia del escritor identificado con la selva misionera. Todos conocen los gustos de Horacio Quiroga -que está cercano a cumplir 44 años- por las mujeres más jóvenes. Todos saben de la atracción que siente Quiroga por su amiga Alfonsina Storni que tiene 30 años en esa primavera.

Quiroga ya es un escritor conocido; ha publicado Los arrecifes de coral, El crimen del otro, El almohadón de plumas, Historia de un amor turbio, Cuentos de amor de locura y de muerte, Cuentos de la Selva y Anaconda. Ya ha vivido en la selva misionera y ha regresado a Buenos Aires. Alfonsina Storni ha publicado La quietud del rosal, El dulce daño, Irremediablemente y Languidez. Comparten con su amigo Quiroga el amor por la literatura, una vida difícil y la lucha por profesionalizar la tarea de los escritores.

Un tiempo después, cuando Quiroga decide volver a vivir a la selva misionera, le pide a Alfonsina que lo acompañe. Esta consulta a su amigo, el artista plástico Benito Quinquela Martín, a quien Quiroga no le caía en gracia. Su respuesta es elocuente:
-¿Con ese loco? ¡No!.

Alfonsina es una mujer admirada y respetada, con una personalidad tan fuerte como para enfrentar sola el nacimiento de su único hijo, Alejandro, en 1912 y criarlo; en una sociedad -a principios del siglo pasado- donde esto era un hecho escandaloso.
En su poema La loba, escribió:
Yo tengo un hijo fruto del amor, del amor sin ley, / que no pude ser como las otras, casta de buey / con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza! / Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Alejandro Storni cuenta en una entrevista realizada por Cecilia Santero en 2003; “Con mi padre yo me llevaba muy bien. Mi padre era un hombre muy bueno y mi madre nunca habló mal de él”. Su identidad se mantuvo siempre en reserva porque era un hombre mayor que Alfonsina, casado y con un alto cargo político. Pero Alejandro lo frecuentó hasta la muerte, ocurrida ocho años antes que la de Alfonsina.

Su vida

Alfonsina Storni nació en Sala Capriasca, Suiza, el 29 de mayo de 1892, llevó el nombre de su padre Alfonso Storni. “Me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo”, y cumplió durante su vida con ese legado.

Su familia se radicó en San Juan, durante un tiempo, aunque después viajan a Rosario, donde su madre –Paulina- abre una pequeña escuela domiciliaria. Paulina pasa a ser el sostén de una familia pobre cuando el padre de Alfonsina muere.

En 1907 llega a Rosario la compañía de teatro de Manuel Cordero -director de teatro- que recorría las provincias y Alfonsina, que tiene 15 años por entonces, reemplaza a una actriz que se enferma, y le pide a su madre que la deje viajar con la compañía por el país. Cuando vuelve a Rosario se encuentra que su madre se ha casado y vive en Bustinza, un pequeño pueblo a 70 kilómetros de Rosario.
Alfonsina decide entonces estudiar de maestra rural en Coronda y recibe allí su título profesional. Trabaja como maestra y comienza a publicar sus primeros poemas en dos revistas literarias de la época Mundo Rosarino y Monos y Monadas.

Sobre el final del año 1911 decide viajar a Buenos Aires, tiene 19 años y está embarazada; al año siguiente nace su hijo Alejandro. Trabaja como cajera en la tienda “A la ciudad de México”, en Florida y Sarmiento y comienza a publicar en la revista Caras y Caretas. De a poco va relacionándose con los escritores y periodistas de la época.

En 1916 logra publicar su primer libro; La inquietud del rosal. Por esos años conoce en Montevideo a Juana de Ibarbourou, José Enrique Rodó y Horacio Quiroga.
Ibarbourou cuenta años después de la muerte de la poetisa argentina: “Era joven y parecía alegre; por lo menos su conversación era chispeante, a veces muy aguda, a veces también sarcástica. Levantó una ola de admiración y simpatía. Un núcleo de lo más granado de la sociedad y de la gente intelectual la rodeó siguiéndola por todos lados. Alfonsina, en ese momento, pudo sentirse un poco reina”.

Reconocida en los ambientes literarios y con cuatro libros publicados, Alfonsina interviene en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y participa intensamente en el gremialismo literario. Colabora en el diario Crítica y en La Nación; da clases de teatro y su producción literaria está sujeta a la inspiración, no es una escritora sistemática, pasa mucho tiempo sin escribir y cuando surge la inspiración escribe un libro completo de poemas en pocos días.

El 19 de febrero de 1937 su amigo, Horacio Quiroga, se suicida tomando un vaso con cianuro y muere en la pobreza y en la más absoluta soledad.
Alfonsina conmocionada por este hecho, y tal vez presagiando el final que le espera a ella misma, le dedica unos versos:
Morir como tú, Horacio, en tus cabales, / y así como en tus cuentos, no está mal; / Un rayo a tiempo y se acabó la feria…/ Allá dirán. / Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte / que a las espaldas va. / Bebiste bien, que luego sonreías… / Allá dirán.
Su muerte
Alfonsina había sido operada de un cáncer de mama el 20 de mayo de 1935. La mastectomía le dejó grandes cicatrices y secuelas emocionales. Convive con la enfermedad los años que siguieron. En enero de 1938 el Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay organiza un acto que reunió a las tres grandes poetisas americanas de esos años. Alfonsina Storni (argentina) es invitada junto a Juana de Ibarbourou (uruguaya) y Gabriela Mistral (chilena).

A mediados de ese año aparecen Mascarilla y trébol y una antología de sus poemas preferidos.

Su enfermedad avanza, ya ni siquiera puede escribir. El 23 de octubre de 1938 viaja a Mar del Plata. En su cabeza ronda la idea de la muerte y del mar; ese mar que ha evocado en muchos poemas y que siempre le ha dado curiosidad.
Quisiera esta tarde divina de octubre / pasear por la orilla lejana del mar; / que la arena de oro, y las aguas verdes, /y los cielos puros me vieran pasar / (…)
Con el paso lento, y los ojos fríos / y la boca muda, dejarme llevar; / ver cómo se rompen las olas azules / contra los granitos y no parpadear; /ver cómo las aves rapaces se comen / los peces pequeños y no despertar / (…)


Alfonsina decide no esperar la muerte sino salir en busca de ella. Así como siempre ha tomado decisiones en su vida, también quiere decidir su muerte; el día y la forma. Escribe el poema Voy a dormir que envía al diario La Nación y una carta para su hijo. El 25 de octubre, alrededor de la una de la madrugada, deja una nota en la habitación del hotel que anuncia su decisión y se tira al mar desde una escollera donde hoy se yergue un monumento a su memoria.
La mañana en que sale publicado su último poema, unos pescadores encuentran su cuerpo en la playa. Esa tarde, los diarios titulan “Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poetisa de América”.

Claudio Carraud
ccarraud@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viernes 26 de Octubre de 2012, a las 10.30 Hs.
ACTO HOMENAJE A ALFONSINA STORNI
RESTITUCIÓN DE LA PLACA CON EL POEMA "DOLOR"
LUGAR: MONUMENTO ALFONSINA STORNI. PLAYA LA PERLA, MAR DEL PLATA.

Con motivo del 74º Aniversario del fallecimiento de la escritora argentina, Alfonsina Storni, el Diputado Provincial Rodolfo Manino Iriart y la ONG CEFIL realizarán un Homenaje a la gran poetisa de América, procediendo a la restitución de una placa en el Monumento a Alfonsina Storni (obra del reconocido escultor Luis Perlotti, 1942) que se encuentra frente a Playa La Perla, próximo al lugar donde la escritora se quitó la vida el 25 de Octubre de 1938.

Frente al mar, la figura tallada en la piedra, estuvo siempre acompañada por los versos del poema "Dolor", escrito por Alfonsina en 1925. Desde hace ya muchos años, la placa fue apartada de ese lugar, quedando así, el monumento, despojado de las bellas expresiones del poema y de tan preciado homenaje de los marplatenses a la célebre poetisa.

En razón de ello, diversos reclamos de vecinos de nuestra ciudad se hicieron llegar ante el Diputado Provincial Rodolfo Manino Iriart, por el estado en que se encuentra el monumento y que también era motivo de llamado de atención por parte de turistas que visitan Mar del Plata.

El legislador , respondiendo a tan justa demanda por parte de los marplatenses y en salvaguarda del patrimonio cultural de nuestra comunidad, el Viernes 26 de Octubre, a las 10.30 Hs., descubrirá la placa que será restituida en el Monumento a Alfonsina Storni, en el marco de un acto en homenaje a la insigne escritora.

Invitamos muy especialmente a participar del acto, por considerarlo profundamente significativo para Mar del Plata y la memoria a tan insigne escritora.

L@s esper@mos!!!!!!!!!!!!!